Ha sido noticia que el Papa Francisco dará hoy la Bendición Urbi et orbi ( a la ciudad y al mundo) . Un gesto que expresa la unidad y la comunión espiritual con toda la humanidad, que tradicionalmente se hace en Navidad y en Pascua de Resurrección. Esta vez se hará en un día diferente. Bendición significa desear el bien y en el ámbito religioso desear la protección de Dios a las personas, comunidades y pueblos. Por eso, los padres, madres abuelos y abuelas han bendecido a sus hijos, nietos como una forma de desear que el buen Dios habite en sus corazones y los acompañe por siempre. La Bendición no es patrimonio exclusivo de ninguna religión, porque es un regalo que Dios da a la humanidad.

La Bendición es un acto de fe, no de magia, acontece en el espíritu humano que la desea, la busca y la asume, comprometiendo la existencia. La Bendición no se mide en la capacidad de riqueza o en el éxito comercial y económico. Sino que, como acto de fe, implica vivir en coherencia con la voluntad de Dios, que no es otra que la practica de la caridad, de la justicia y la paz. Por eso, considero importante vivir tres actitudes fruto de la Bendición: gratitud, amor y la esperanza

1.  La gratitud es la manifestación más pura de sencillez y humildad,  que habita en nuestro corazón, es la forma de vencer el orgullo,  que nos hace perder lo que más amamos. Por eso hoy es un día para agradecer, al buen Dios del Cielo que nos ha Bendecido con el don de la vida, de la sabiduría y nos ha permitido gozar de este momento alrededor de los que amamos y nos aman. Muchas veces pensamos que merecemos las cosas sin ningún esfuerzo y no las valoramos, por eso la gratitud es un gesto que reconoce la necesidad que tengo de los demás. Somos Bendecidos por contar con personas: familiares, amigos, conocidos que han aportado tanto a nuestras vidas. Incluso muchas personas que no conozco están trabajando en esta cuarentena para que podamos estar bien.  Recordemos que “ la gratitud es la memoria del corazón” y desde allí en el interior de cada uno deseemos el bien (bendecir)  a aquellas persona presente o ausentes que han sido regalos del cielo en nuestras vidas.

2. Lo importante en la vida es amar y esa es una opción de valientes, de los que están dispuesto arriesgarlo todo, no hay que dejar que el orgullo y los miedos arruinen nuestra felicidad y nos roben la paz.  Confíennos en quienes nos ama y en quienes amamos, porque los que aman no hacen daño, al contrario, son los que han renunciado al amor los gestores del odio, la violencia y el rencor. Por eso son hoy este amor libre y liberador nos hace un llamado al perdón y a la reconciliación.  Al ser bendecidos y elegir amar nos comprometemos a dejar atrás los miedos, y emprender la aventura de amar la vida y a las personas que Dios ha puesto a nuestro lado. Amar y bendecir es poner la mirada en el camino que nos lleva a horizontes de sentido, que no está predestinado, sino que se construye día a día, por eso hay que apoyarse en las manos de quienes nos miran con ojos claros y diáfanos, para darnos su bendición. Apostémosle todo por aquello, y aquellos que aman. Eliminemos el odio y el rencor de los corazones, de los espacios de vida y llénenos nuestras vidas de expresiones de servicio, respeto, confianza y solidaridad. La Bendición nos exige fidelidad a nuestras convicciones, por eso hay que elegir amar cada día, sin aplazar nada, aprovechando cada oportunidad como acontecimiento de entrega pura, divina y trascendente.

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3. Recibir la Bendición es una oportunidad para alimentar la esperanza. Sé que muchos podemos estar viviendo momentos de ansiedad, y la incertidumbre nos desconcierta, por eso se hace necesario recordar como dice la canción “No todo está perdido, yo vengo a entregar el corazón” . El ser Humano tiene la capacidad para alzar la mirada y vislumbrar un mañana mejor. Aún conservamos la ternura, el candor y la alegría de los espíritus juveniles, que permite irradiar de alegría,  la vida de los que nos rodean. En las manos de cada uno está la fuerza que permite alcanzar los sueños y mantener los ideales. Recibir la Bendición y ofrecerla es un acto de fe en la humanidad, que nos llena de esperanza en el espíritu humano que tiene todo para transformar el mundo, por eso no podemos ser inferiores a la responsabilidad que hoy tenemos. Este acto de Bendición como comunión nos anima a no dejarnos arrebatar la fe , la esperanza y el amor,  para que siendo bendecidos soñemos y trabajemos cada día por un nuevo amanecer.  Por eso en este día, independiente de la creencia, unámonos a esta Bendición Urbi et Orbi, por nuestros niños, niñas, jóvenes y abuelos. Unámonos como comunidad para animarnos en el amor, en la gratitud y la esperanza. Deseémosle a los de la casa, a los que les ha tocado trabajar, nuestros deseos para que estén bien, que en ellos reine la paz que tanto necesitamos en este momento. Por mi parte agradezco a todos los que leen estas letras, y desde ahora mi deseo de paz, amor a sus Ustedes, extensivas a sus familias, expresando mi afecto y Bendición.