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El distanciamiento social es la frase de moda; salga a la calle, pero mantenga la distancia; vaya a motel y conserve el distanciamiento; salga a la manifestación, pero ponga distancia con los que llevan las piedras o el cóctel molotov; vaya a la minga y baile salsa en Cali, sus botas de caucho garantizan el distanciamiento pecuecar.

Viaje en transporte colectivo y no se lo arrime a nadie, no olvide el distanciamiento; vaya a discotecas y no baile, para conservar el distanciamiento ombligar.

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Ingrese a cine y siéntese con distancia suficiente para que su vecino no le pueda meter la mano, a su tarro de crispetas.

Asista personalmente al médico urólogo, con distancia prudente, que no le alcance el dedo del galeno; para ellas, la mano del ginecólogo.

Vaya a la playa conservando la distancia, de las morenas que hacen trenzas con chaquiras y de los vendedores de anteojos de sol.

Vaya a la EPS, no necesita distanciamiento, las citas con los especialistas están a una distancia sideral.

Vaya a las oficinas públicas, para hacer reclamos por abusos en los cobros de servicios públicos, sin distanciamiento, los funcionarios que revisan los contadores llevan 8 meses sin salir a la calle.

Asista a misa y, para conservar el distanciamiento social, comulgue desde su banca por telepatía y no dé limosna en bolsa de terciopelo morado.

Si quiere conocer el mejor ejemplo de distanciamiento con la sociedad, vea una sesión del Congreso y verá lo distantes que viven esos honorables, que no se dan cuenta del repudio que producen, cuando se aumentan sus salarios y crean más puestos de senadores, para esos parásitos sociales.

Ñapa: Innecesario y absurdo no haber sometido a votación la moción de censura del cara de sapo Holmes, teniendo las mayorías para negarla. Violar la ley solo para hacer sentir las mayorías a la oposición, es un mal antecedente; en pocos años, cuando sean otras las mayorías, no se podrán quejar de esos abusos.

¡Viveza de micos! Se decía antes.

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