La Pasión De Cristo Como Un Proyecto De Humanización

La vida de Jesús nos hace un llamado radical, transformador y liberador que alcanza a impactar y crear un estilo de vida diferente en toda la humanidad. Bien, conocemos como pueblo colombiano que Jesús supera los límites de la Institucionalidad y llega a profundizar la vida del ser humano en todo el mundo.

La vida de Jesús no se queda en el cristianismo religioso, sino en la experiencia que alcanza una espiritualidad transformadora capaz de potencializar unas actitudes como la solidaridad, la bondad, la tolerancia la cual nos permite vivir en comunidad. Aunque Colombia constitucionalmente es un Estado laico sin una religión determinante, el arraigo religioso por la Iglesia Católica supera la mayor parte del pueblo colombiano, está inmerso en tradiciones religiosas del catolicismo que hacen parte de su estilo de vida o se podrían decir que muchos católicos viven su religiosidad solo en semana santa.

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Hasta aquí se podría reflexionar que el mensaje de Jesús de Nazaret no se puede quedar en el ritualismo de una semana para aparentar o por estatus social. Ahora ¿Qué va a pasar esta semana santa que los templos están cerrados? ¿Qué va a pasar con las personas que le encantan hacer recorridos en los monumentos? ¿Qué va a pasar con las personas que publicaban sus fotos en cada uno de los ritos? La respuesta podría ser nada, pero también tiene que ser válido que esta semana nos lleve a vivir algo más, que esta semana sea un camino de búsqueda que le permita vivir su vida de manera diferente, que realmente encuentre en la soledad, el silencio, la angustia un sentido a su espiritualidad.

A mi parecer esta semana santa puede aportar más en la vida de los seres humanos que otras que no han dejado ser eventos masivos, bulliciosos y con un activismo sin sentido. Que esta semana santa sea una oportunidad de convertir nuestra familia en un altar de amor, entrega y servicio. Que podamos recobrar el verdadero sentido de nuestra fe y esperanza, que volvamos a creer, a amar, a vivir la misericordia de Dios, más aún en momentos de crisis.

Que la compasión, la entrega y el servicio por el otro sean pequeñas actitudes que transforme nuestra vida y la de los demás, actitudes que nos permita reflexionar y vivir profundamente nuestra semana mayor, desde una llamada a un amigo o un familiar, una reunión familiar por zoom, una cantada de cumpleaños, un buen gesto con las personas que vivimos, una donación de un pequeño mercado al que lo necesita, incluso hacer los quehaceres del hogar sin ser solicitado, estas pequeñas acciones podrían transformar radicalmente la vida del otro. Además, que de esta manera damos respuesta al llamado que nos hace Dios, respondemos al inmenso amor que Dios nos sigue dando, porque todo lo que recibimos gratis, debemos darlo gratis.

Padre amado tú que siempre estas presentes en la vida de cada uno de mis hermanos, llenándonos de tu misericordia y compasión, permite que al terminar esta semana santa podamos dar testimonio de tu amor en cada uno de los gestos que realizamos. Que nuestra vida pueda ser una oración. Bendícenos en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Amen