Gardeazabal

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

Hacer poesía por estos días de la crisis del libro, del papel y de los lectores es labor de quijotes. Lograr con su poesía brindar satisfacción a los lectores y generar sonrisas de aceptación y aplausos en varios poemas de un libro, es una hazaña.

El poeta Omar Ortiz lo ha logrado con este bellísimo libro, editado en Nueva York, hecho en el papel fino que ya no se consigue y con gusto artístico sin igual. Y lo consigue no porque la edición sea impecable sino porque se trata de una rigurosa pero muy acertada antología personal de los mejores poemas de su ya larga trayectoria como hombre de letras, como batallador permanente desde su revista LUNA NUEVA durante casi 40 años.

Anuncio

Omar tiene al mismo tiempo sentido de la proporción del verso libre y ritmo quevediano. Sus frases son rotundas, los renglones de sus versos escalones para quedarse pensando. A veces son iracundos como los que escribía con tiza don Pedro, el tío de mi abuelo Gardeazábal. Otras tan dulces que hasta sirven para enamorar en tiempos de los algoritmos pues hace un camino de astromelias sin saber que las lavanderas usan su esencia para espantar las huellas del resentimiento.

Por tanta calidad en tan exquisita edición a Omar Ortiz no le darán ni el premio Princesa de Asturias de Poesía ni lo nombraran nunca ministro de Cultura de Colombia ni Director de la Biblioteca Nacional de este país. Pero sus poemas, recitados en Madrid y París cada vez ganan más y más adeptos y hacen sentir orgulloso a cualquier colombiano que los lea.

Quizás ni el libro se consiga en los estantes de las librerías de la patria. O tal vez si sus editores neyorquinos se cuelgan de los atrapadores de Amazon, vendedores de charcuterías de todo tipo, entre ellas novelas y libros de poemas, para que este extraordinario texto consiga recibir la aclamación que se merece estoy seguro que resonarán entonces los aplausos por doquier. Los invito a tratar de leer este libro…o a conseguirlo