Gardeazabal

Por: GUSTAVO ALVAREZ GARDEAZABAL

Hace 12 días llueve todos los días, tarde o noche y a veces hasta en las mañanas, a lo largo del cauce geográfico del rio Cauca. Desde Rosas, atrás de Popayán, hasta las montañas antioqueñas, el invierno tradicional de marzo se adelantó un poco y ha comenzado a verter sus aguas río abajo. En el Valle las crecientes de los ríos que descienden de la cordillera central han sido más fuertes que las que se despeñan por los escasos cauces de la occidental. Pero ningún rio o riachuelo ha dejado de arrojar sus aguas, y en niveles muy crecidos, al afluente mayor.

Pese a ello y a que todos los colombianos sabemos ya que esas aguas van a ser frenadas por la presa de Hidroituango y metidas todas por el vertedero, hasta ahora ni la CVC, que le mide el agua al Cauca entre Santander de Quilichao y La Virginia ni las casi inexistentes corporaciones ambientales de Caldas y Antioquia, han dado un informe diario alrededor el tamaño del caudal y menos sobre la proyección del mismo en la presa de Hidroituango.

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Es probable que de pronto, si la viajadera una y otra vez a Estados Unidos esta semana se lo permite, el presidente Duque a través de su ama de llaves, la señora Correa, nos den una información y no el registro de una sorpresa. Porque no podemos olvidarnos, ni ellos ni nosotros, que el informe Poyri de los chilenos sobre Hidroituango advirtió en diciembre pasado que el daño progresivo del vertedero por donde están haciendo pasar todo el caudal del rio desde abril 2018 “podría resultar en una pérdida total de la obra porque debido a la operación continua y a la dificultad de ejecutar reparaciones mayores …y sin contar con otro elemento para evacuar avenidas torrenciales, el riesgo existe y es elevado”.

De la misma manera y en el mencionado informe, se establece, y no fue desmentido, que los tres grandes peligros del proyecto en caso de un aumento de caudal en el embalse son “ los daños en el muro de cemento-pentonita que conforma el núcleo de la presa, en la losa del vertedero y en los taludes en el cuenco amortiguador “. No parece empero que nada de lo copiado del informe, ni el registro real de exceso de caudal del rio que tenemos quienes vivimos en sus orillas haya llevado al gobernador de Antioquia ni a los alcaldes de los municipios aguas abajo, hasta Barranca de Loba, a exigir a quienes deben darlo, un reporte diario sobre el nivel del rio y mucho menos que entre todos los responsables hayan planificado un manejo específico de lo que podría ser una situación controlable o dolorosamente catastrófica. Guerra avisada no mata soldado, decían antaño.