Gardeazabal

 
Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

Los resultados electorales de ayer dejan estos cinco días, de hoy hasta el viernes, para armar un tentador crucigrama entre los ganadores con sus fórmulas vicepresidenciales, pero también para asimilar una serie de verdades de puño que no pueden negarse a la hora de planificar la breve campaña para las elecciones presidenciales del 28 de mayo. La minoría votante ilegitima moralmente el Congreso que se ha elegido. De los 38 y pico de millones de colombianos habilitados para sufragar no se alcanzaron 16 millones de votantes, es decir apenas un poco más del 40%. Y el que Petro haya sacado con sus candidatos 6 millones de votos, lo proyecta para ser presidente siempre y cuando no caiga en la tentación leninista de embarrarla.

El que la negra combativa de Francia haya obtenido casi el millón de votos la convierte en una fuerza que impulsa la candidatura de Petro si la escoge como compañera de fórmula, pero que la puede destruir miserablemente donde por camuflar el espanto que genera el candidato izquierdista se prefiera como compañía en la vicepresidencia a quien proponga el expresidente Gaviria. Casi igual le puede pasar a Fico, que obteniendo un poco más de 2 millones de votos tiene la disyuntiva de escoger entre el refuerzo costeño de Char o el volver realidad el peligroso apoyo de Uribe con un candidato de sus entrañas.

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El que si no cuenta, porque nadie se le arrima a su soberbia, y repetirá su viacrucis otra vez, es Fajardo. Pero como por fuera van el viejito atarván de Rodolfo, el exministro chocoano Murillo, el siempre incipiente Óscar Iván Zuluaga, y 6 inscritos tempranamente, las opciones para llenar el crucigrama se multiplican. Quien sabe si Vargas Lleras insista en jugársela por los saldos y por los que no votaron escondiendo su altanería con la reconocida capacidad de hombre estado que posee.

Ojalá que la sensatez prime en todos ellos para que el certamen no se salga de madre y el pánico por tener una Colombia peor que la vivida estos cuatro años les impida resolver el acertijo en que han terminado siendo las presidenciales del 22. Todos han quedado en sus tablas. Duque acabó con el uribismo. Gaviria con el liberalismo. Fajardo con los verdes. Los Galán con su deseo de perpetuarse ordeñando la vaca del estado. El desprestigiado Congreso, elegido ahora con solo el 40 % de los votantes, ha recibido su castigo. No queda sino cruzar los dedos para que Colombia no se equivoque.