Atenas (Grecia), 18 mar (EFE).- (Imagen: Diego Sáez Papachristou) Katerina y Vitali conocían las bombas sólo de las películas. Nunca habían oído el estruendo de un impacto real y hasta hace un mes su vida cotidiana era como la de los demás europeos; sus preocupaciones también eran las mismas: trabajo, familia, salud y amigos. Ahora tienen que comenzar una nueva vida en Grecia, uno de los países de Europa que más de cerca ha vivido la tragedia del refugiado.