In memorian
Nos dejó Ciro Cabal, mi amigo y pariente; un ser auténtico, sin par, desde pequeño gozó la vida; diría mejor: Exprimió la vida al máximo.
Amigo especial, desbordado en la amistad; era un deleite encontrarse con él y recibir el afectuoso abrazo seguido siempre de un gracejo; mamador de gallo encantador.
Ciro fue una fiesta permanente; se divertía y disfrutaba viendo divertir a los demás; no perdía cabalgata, feria, cumpleaños, reunión de compañeros, misa, ni entierro; su sola presencia transmitía alegría.
Me duele mucho su partida y sus últimos meses de vida, donde no la pasó nada bien.
Fui privilegiado con su amistad, desde que, con Oscar, su padre, paseábamos por el campo y nos divertíamos con nuestro humor familiar.
Fue un ganadero exitoso porque disfrutaba, en esa actividad, como en ninguna otra.
Para Lida, María Fernanda, Juan Manuel, María Andrea, María Antonia, Ana María y demás miembros de la familia, nuestra solidaridad en estos tristes momentos.
Con Luz María y nuestros hijos, elevamos una oración al todo poderoso, en agradecimiento a la vida de nuestro inolvidable amigo.
¡Hasta pronto compañero!
Kico Becerra