El Mambo. Danzón de nuevo ritmo con raíces africanas que surgió en Cuba en 1938, creado por el músico cubano Orestes López. Presenta entre sus características ritmo sincopado y la eliminación del cantante volviendo a la interpretación instrumental.

A finales de los años 1940, un músico cubano llamado Dámaso Pérez Prado, fiel exponente de esta variante, incorpora nuevos elementos y se convierte en la primera persona en vender su música como mambo. Dámaso Pérez Prado y Benny Moré lo hicieron popular en la Ciudad de México, y luego en el resto del mundo a mediados de la década de 1950.

Anuncio

Con el paso del tiempo, el mambo ha desarrollado tres ritmos diferentes: el mambo sencillo, el doble y el triple. Éste último dio paso al Chachachá que conocemos hoy en día. En la actualidad es uno de los ritmos latinos que se enseñan en las clases de Baile de Salón.

Surgimiento

  • Dámaso Pérez Prado

El mambo se desarrolla originalmente a partir del Danzón, ritmo que por esa época predominaba en Cuba. Orestes López escribió un danzón llamado Mambo. La canción era un danzón, descendiente de los bailes de salón europeos como el baile inglés country, la contradanza francesa y la contradanza española, pero usando ritmos que derivan de la música folclórica africana.

La relación progresiva entre músicos y bailadores hizo posible que la percusión fuera adquiriendo poco a poco un papel cada vez más predominante.

A finales de los años 1940, los arreglos orquestales de Dámaso Pérez Prado, que dirigía una orquesta de formato jazz-band, le aportaron una sonoridad nueva, sin precedentes

donde se fusionaban elementos del Jazz norteamericanos en los metales y los ritmos afro-cubanos en la percusión.

Como género bailable popular

Muchos géneros musicales se asocian con géneros bailables, sobre todo entre los bailes populares que trascienden en las culturas de los pueblos. Cuba es uno de los países que más géneros bailables ha colocado en el favor de los bailadores de todo el mundo y de todos los tiempos y aún hoy, cuando muchos han desaparecido de los espacios nacionales, aún se bailan por los aficionados o son transformados por los cultores del llamado ballroom, estilo sofisticado con que se interpretan las danzas de salón; es el caso del mambo.

Aportes

Incorpora nuevos instrumentos a las orquestas que interpretaban este ritmo como Son Saxofón, Trompetas, Trombón. Eliminó las partes del danzón tradicional y le incorporó [sonidos onomatopéyicos], gritos, utilizó una percusión muy cubana (a tiempo), contrastando con un contrapunto de saxofones al unísono (sincopados).

Otras innovaciones

Tras los pasos de Prado llegó una ola de músicos de mambo. Algunos experimentaron con técnicas nuevas, como ritmos más rápidos y el uso de pasos laterales en el baile; esta última innovación dio lugar a la formación del Chachachá y fue el resultado de la experimentación del violinista cubano Enrique Jorrín.

El cha cha chá estaba muy orientado al público popular, especialmente después de que Arthur Murray simplificara más el baile. Más fácil de bailar que el mambo, con un ritmo más cuadrado y el contratiempo característico en el tercer golpe. El mambo siguió siendo popular hasta la década de los 60, cuando se crearon el Bógalo y la Pachanga (ambos formas modificadas del mambo).

Vuelve a la moda en 1995

El mambo volvió a ponerse de moda en 1995 cuando Guinness utilizó la canción de Pérez Prado, Guaglione en una campaña publicitaria con el actor dublinés Joe McKninney. La canción se lanzó como sencillo y alcanzó el número 2 en las listas inglesas. En 1999, Lou Bega publicó una remezcla de Mambo No. 5, otra composición original de Prado, que se convirtió en un éxito por toda Europa.

Compositores cubanos y extranjeros en los últimos años han incursionado en el mambo, por lo que este mantiene su vigencia como género.

Roderico Neyra Rodney

Dos líneas se simultanean en el tiempo: en 1947, Roderico Neyra Rodney, el más tarde famoso coreógrafo de Tropicana crea un grupo para actuar en el filme Zamba rumba que debutó en el teatro Fausto de La Habana como Ballet Negro de Rodney y luego actuó en el teatro América y en Tropicana.

Al año siguiente y con motivo de la filmación de María la O, el Chato Guerra, dueño del [Follies Bergere] de México, descubre a las Mulatas de Rodney y, como [Mulatas de Fuego], las contrata para girar por la [tierra azteca].

El elenco lo integraban las bailarinas Meche Lafayette, Meche Montaner, Martha Castillo, Sandra Taylor, Anita Arias, Olga Sotolongo y Olga Socarrás; la cancionera Vilma Valle; la guarachera Celia Cruz y la cantante y bailarina Elena Burke -estas tres posteriormente serían reconocidas en el panorama de la canción cubana e internacional.

Las Mulatas de Fuego exhiben la coreografía del mambo, que rápidamente fue llevada a los cabarets y al cine, con otras cubanas llamadas “Rumberas” como Ninón Sevilla, Meche Barba, María Antonieta Pons o Amelita Vargas, esta última radicada en [Argentina].

Las Mulatas de Fuego se reprodujeron y surgieron otros grupos como Las mamboletas, Loquibambia, etc. De ser cierta esta hipótesis, el mambo no sería un baile tradicional popular, al tener un creador conocido: el coreógrafo [Rodney].

Bola de Nieve dice que el mambo surgió en el pueblo como baile

En su ensayo Déjame que te cuente de Bola, el escritor cubano Ramón Fajardo Estrada inserta una entrevista con Ignacio Villa (Bola de Nieve) publicada en la revista Bohemia el 12 de noviembre de 1950, donde el extraordinario artista refiere un hecho poco conocido y que puede convertir al mambo en el género bailable tradicional que todos conocen. Dice Bola: “Como danza, el mambo aparece en la imaginación del cubano, impulsado, sobre todo, en nosotros los negros, por la infinita admiración que nos provocaron los bailables de la película norteamericana Morena oscura.

En uno de los últimos momentos de esta producción aparece un conjunto que baila, ni más ni menos, lo mismo que, como mambo, ahora baila el pueblo de Cuba. Katherine Dunham, la más grande bailarina negra de los Estados Unidos prefirió nuestra expresión musical y no la que creó ella para Morena clara, al montar un ballet en el que utilizó a bailadores cubanos reclutados en la playa de Marianao y cabarets de La Habana, los que se llevó de aquí a principios de 1947”.

Surgimiento como necesidad

En tanto baile popular, el mambo surgió como necesidad de los bailadores que no se conformaban con las cadencias del danzón, y con las transformaciones de Pérez Prado surge un nuevo ritmo, que los propios bailadores iban mezclando con diversos elementos, entre ellos bailes negros de Estados Unidos como el boggie.

La creación de Rodney para las Mulatas de Fuego le dio carácter espectacular y se difundió a través del cine mexicano por todo el continente, hasta llegar en la década del 50 a los salones cubanos. Con el texto de Bola de Nieve, podría afirmarse que, aunque la famosa Dunham lo haya reelaborado artísticamente, el mambo surgió como baile desde el pueblo, y entonces sería una extraña muestra de tradición popular, con las influencias norteñas y raíces africanas.

Características

Se caracteriza por tener un ritmo sincopado, mezcla de música latinoamericana y Jazz. La síncopa es el desplazamiento del acento rítmico del tiempo fuerte al tiempo débil del compás. Su diferencia se basa en que tiene un tiempo de silencio en cada compás, el cual se corresponde con una pausa en el movimiento de los que practican este baile.

Suele bailarse en pareja, en 4 tiempos (tres movimientos y una pausa) de tal forma que una pierna se mueve hacia adelante o hacia un lado, mientras que la otra se mantiene en el sitio de forma flexionada, siguiendo el ritmo. Los gestos han de ser cortos y nítidos, los brazos rígidos y las caderas sueltas. Este es un baile «fuerte» que requiere velocidad de pies y mucha energía.

Algunos Músicos de Mambo

Dámaso Pérez Prado y su Orquesta, Xavier Cugat y su Orquesta, Rafael de Paz y su Orquesta, Pablo Beltrán Ruiz y su Orquesta, Orestes López, Benny Moré, Arsenio Rodríguez, Tito Puente