El mundo político, pero en cada ámbito de la vida no somos de centro; salvo excepciones, yo por ejemplo solo recuerdo a mis abuelos, reitero, abuelos, más allá miro y rebusco en mi memoria y tal vez el técnico de aquella selección Colombia de 1994 Maturana es lo más cercano al centro deportivamente.

Pero en política son muy raros los nombres. En España Adolfo Suárez, el hombre de la transición o Patricio Aylwin en Chile con igual rol en verdad mantuvieron el establecimiento.
En política la moderación, crea dudas, no es creíble como respuesta a los problemas al menos para las mayorías. El ser humano es de emociones y otra cosa es ser “falto de carácter”, “un nini”, “un tibio”. La política parece ser de gladiadores o espartanos en donde se termina “con o sobre el escudo”.
Gandhi, Mandela para muchos ejemplos de moderados, no lo fueron. Sus acciones políticas fueron radicales, pero con voz pausada.

La política ciertamente exige lograr consensos, acuerdos entre posturas distantes para fines mayores, pero eso no es el centro político, eso es capacidad política. Ceder no es desplazarse al centro, al menos eso afirma uno de los académicos más importantes de EEUU, George Lakoff que analiza este tema afirma que: «No existen ni la ideología ni la cosmovisión moderadas, ni una lógica propia de las creencias moderadas. Moderado es un adjetivo que debe ir pegado a un sustantivo».

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Para el elector común el político creíble es aquel que no da lugar a dudas y aunque no comparta sus ideas lo ve como decidido en sus propósitos, “que sabe de qué habla”, “que no será mangoneado o un trajín de otros”.

En Colombia el llamado centro tiene tres problemas: El primero, es que está fragmentado, atomizado desde el propio centro y termina polarizándose y saliendo del centro. El centro en Colombia es egocéntrico. El segundo, no hay claridad en los discursos y son apropiados desde los extremos y, en tercer lugar, hay una ausencia de imagen-fuerza que convenza, que sea creíble en la escena mediática frente a la derecha e izquierda, ya no hay un Mockus. El centro no “vende”.

CODA:
Ahora bien, por ahí la izquierda de ayer, que se dice ahora de centro o progresista, que es la palabra de moda que está entre la izquierda y el centro, dice que defenderá medidas sociales de carácter marcadamente progresista, pero que se mantiene la política económica en los límites del liberalismo económico eso que es pragmatismo o un socialismo liberal, será juzgado como una traición a las esencias progresistas, y será una victoria de los conservadores.