Los dos hijos de Freddy Rincón, Sebastián y Stiven no se apartaron ni un momento del lado del féretro de su padre, durante la ceremonia que le rindió honores en el emblemático estadio Olímpico Pascual Guerrero y que reunió a cientos de personas entre hinchas, ex futbolistas, técnicos del balompié colombiano y autoridades distritales.
“La gente lo recuerda como el ídolo, el que le dio muchas alegrías al pueblo de nuestra nación, como ese gran futbolista. Yo quiero recordarlo como Freddy, mi padre; una persona alegre, que se desvivía por su familia y por sus amigos. Ser humilde, trabajar por mis sueños y marcar la diferencia a través del trabajo duro, esas son las enseñanzas que él me deja”, así se refirió Sebastián, el hijo menor de Rincón y quien sigue los pasos de su padre en el equipo Barracas de Argentina.
Entre lágrimas y con la camiseta con el número 19 (la de su padre) entre sus manos, Sebastián se dirigió a todo el público presente y recordó que el momento que más lleva marcado en su corazón fue cuando se hizo profesional con el Independiente Santa Fé, el mismo que décadas atrás, le diera esa misma oportunidad a su padre: “lloramos juntos; me felicitó, pero me pidió siempre continuar trabajando muy duro. En vida se lo prometí y lo vuelvo a hacer ahora que ya no está entre nosotros… seguiré haciendo muy bien las cosas para que siempre esté orgulloso de mí”, finalizó Sebastián con voz entrecortada.
El ex técnico de la selección colombiana de fútbol, Francisco “Pacho” Maturana fue uno de los primeros en llegar al homenaje que se le rindió a Rincón en el Pascual Guerrero: “Fue toda una vida. No tengo el recuerdo de quien hizo los goles sino el del ser humano. Es maravilloso encontrarlos aquí y ver que siguen siendo esa misma familia de hace más de 20 años”, comentó Maturana en medio de la multitud que lo aclamaba y aplaudía.
El responsable de que a Rincón se le diera esa primera oportunidad profesional en un equipo de fútbol fue el técnico Jorge Luis Pinto, el mismo que arribó a Cali para darle un último adiós y que no podía esconder la profunda tristeza que aun la noticia de su deceso le ocasiona. Entre lágrimas afirmó que guarda los mejores recuerdos de un Rincón humilde y que tal vez no dimensionaba en aquel entonces, lo que llegaría a ser: “Lo tengo en mi cabeza y jamás lo olvidaré. Yo quiero que la gente sepa algo; Freddy llegó con múltiples dificultades al Santa Fé, pero aún así comenzó a quemar etapas y se fue empoderando y así fue como se hizo grande. No tenía ni guayos y unos amigos suyos le ayudaron en todo sentido”, manifestó el profesor Pinto.
Al Sanfernandino también llegó Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol y para quien el ex futbolista representaba el prototipo de una de las personas que más alegrías y glorias le dio a nuestro país: “Su prematura partida nos tiene acongojados. Fue una persona que le cabía el fútbol en la cabeza. Desde allá arriba esperemos que él nos guie”, puntualizó el directivo.
Rincón nuevamente la sacó del estadio. Se va como uno de los más grandes futbolistas que ha dado Colombia, como el ídolo que ahora se convierte en leyenda.