Cortesía: Agencia EFE
Madrid, 1 may (EFE). (Imágenes: Leo Redondo).- El Real Madrid, que no pudo celebrar hace dos campañas la consecución de LaLiga Santander a causa de la covid-19, se reencontró con la diosa Cibeles para celebrar por fin junto a su afición, esta vez su trigésimo quinto título en el torneo de la regularidad y, de paso, a convencerse en conjunto de remontar el próximo miércoles al Manchester City y alcanzar la final de la Liga de Campeones.
Todo estuvo esta vez a favor de la celebración. El equipo de Carlo Ancelotti necesitaba un punto. Lo logró sobrado, con goleada al Espanyol. El clima acompañaba y la hora del encuentro era más que adecuada para posteriormente tener tiempo para encontrarse con la afición y con la familia, compañeros y amigos para festejar con mesura. EFE.