Recuerdo que desde niño, y en gran parte de mi juventud, se escuchaba desde todos los puntos cardinales de nuestra patria, la siguiente frase: “El Ecuador es una isla de paz”.

Bueno, sin desmerecer las vivencias de ninguna de las generaciones; anteriores y posteriores a la mía, debemos reconocer que tenemos el inmenso privilegio de habitar en un hermoso país, mismo que; a pesar de tantas y cuantas vicisitudes, la inmensa mayoría de nuestra gente, no baja sus brazos jamás en señal de rendirse fácilmente ante las desgracias de la referencia.

Dentro del desarrollo de la parte administrativa, política y social; y en virtud de la aplicación de principios dentro de los poderes del Estado, tenemos las cosas muy claras, lo lamentable y despreciable del caso, es que la evolución en tiempo y en espacio de otros países, los cuales se manejan con agendas previas y sus intereses son muy propios, respondiendo además a un macabro e impositivo sistema, hace rato en marcha, denominado “El Nuevo Orden Mundial”; y, en función de la interdependencia o no que el Ecuador tenga con cada uno de aquellos; y desde las instancias de los poderes, ejecutivo, legislativo y judicial locales, y a pesar de que estos sean para nada compatibles con nuestra identidad ancestral, y no logremos evadir y destruir tan poderosos tentáculos, entonces y solo entonces, estaremos condenados a sucumbir y observar con impavidez y profundas frustraciones cada suceso.

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La violación sexual a una mujer, sin lugar a duda alguna, es uno de los más indignantes crímenes, que deja profundas huellas de por vida en la psiquis de las víctimas. Abortar a un niño dentro del vientre materno, es el asesinato cruel y sanguinario a un ser humano totalmente indefenso y desprotegido. Ambos, constituyen la más grande de las afrentas en una sociedad.

Como resultante de una artera jugada de la Corte Constitucional, el 28 de abril de 2021, tan solo 7 jueces de 9, arrogándose funciones exclusivas del poder legislativo, desbordándose en circunstancias totalmente adversas a los presupuestos establecidos en el Art.- 45, y numeral 1 del Art. 66 de la Constitución de la República, resolvieron sentenciar, según ellos, “la inconstitucionalidad” del Art.- 150 del Código Orgánico Integral Penal, a través de la cual se despenaliza el aborto en mujeres en estado de discapacidad mental, así como en niñas y mujeres adultas que hayan quedado embarazadas como producto de una violación.

Por lo que al final de esta macabra e inverosímil historia, así como por obra y gracia de 75 asambleístas (cuya votación radicó en la aprobación del aborto hasta la semana 16), sumado a ésto unos cuantos perversos acólitos; incluso etiquetándose como Pro Vidas, manoseando además el nombre de Dios; y, a través del VETO PARCIAL del presidente Lasso, publicado ya en el Registro Oficial a través del Suplemento 53, se acaba de poner en vigencia la ley denominada “Ley Orgánica que regula la interrupción del embarazo para niñas, adolescentes y mujeres en caso de violación”, a través del cual SE LEGALIZA EL ABORTO HASTA LAS 12 SEMANAS DE GESTACIÓN (3 MESES), concluyendo así en engrosar la lista de los países en los cuales se derrama inmisericordemente sangre inocente.

Es muy probable, y lo digo por experiencia, que algunos compatriotas no conciban al 100% la gravedad profunda del tema Y LAS GRAVÍSIMAS ARISTAS ADICIONALES QUE TODO ESTO CONLLEVA; y no precisamente por falta de conocimientos o de sensibilidad, sino por la perversa manera como los actores de tan aborrecibles circunstancias, han venido manejando un fraudulento, exclusivo y personalísimo discurso al respecto. Unos balbuceando frases que tienen que ver “con los derechos y la dignidad de la mujer y la protección a niñas y adolescentes”, otros, REPLETOS DE HIPOCRESÍA Y PROFUNDA MALDAD, tan infames como los anteriormente nombrados, invocando el nombre de DIOS y supuestos apostolados, llamándose católicos, arrimaron sus hombros a la lucha pro muerte y continúan creyendo estar por encima del bien y del mal, considerando los resultados de tamaña desgracia como “EL MAL MENOR”.

Ya el mal está hecho, YA EL CRIMEN ORGANIZADO Y EL LUCRATIVO NEGOCIO A TRAVÉS DEL ABORTO, ES UNA ESPANTOSA REALIDAD, mismo que está financiado por poderosas empresas hiper millonarias alrededor del planeta, ya dejamos de ser esa isla de paz, para pasar a convertirnos en un lúgubre cementerio de almas inocentes, ya el Suplemento 53 del Registro Oficial lo puso en vigencia, y es muy probable que permanezca incrustado en nuestra legislación para el resto de nuestras vidas; y en el supuesto de poder franquear esas circunstancias, aquello nos tomará seguramente entre 20 y 30 años lograr resolverlo.

Para entonces…. la actual generación, y las que vienen, pagarán las consecuencias y la mancha indeleble de aquella sangre inocente, en manos y mandiles de muchos médicos, y comadronas, y que se Yo, así como en cada hospital público y/o cada clínica privada de nuestra nación, nos marcará por siempre como un país en el cual, para gente sin principios y sin moral, la vida de un niño no les vale un solo carajo.

En la 2da parte, analizaré para Ustedes las consecuencias de otras pretensiones macabras de los activistas pro muerte, propias de la referida agenda, así como de las industrias que; alrededor del mundo, se lucran económicamente de tan criminal actividad, en donde su más preciado trofeo, para la comercialización, son los órganos y miembros anatómicos de aquel niño que pudo haber nacido, pero que les fueron arrebatados sus derechos.