Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Parecería que el mundo, y Colombia, están echando reversa y caminando de para atrás como el cangrejo. El exceso de noticias por las redes y las páginas y la falta de una auditoría que valore tanta información para evitar enredarnos, no nos han dejado medir la reversada que están pegando los actores de la guerra de Ucrania.
Iniciada la batalla rusa con la disculpa que la Otan quería chuparse a Ucrania para completar el juego de caída y limpia que calladamente había pasado la mayoría de los países europeos de la antigua égida comunista al bando occidental, todos vimos a Putin invadiendo Ucrania con su hasta entonces dizque poderoso ejército. Pero pasados 100 días de iniciado esa absurda guerra, las fuerzas rusas, como sucedió en Afganistán, están echando reversa y la toma de Ucrania parece cada vez más una retirada.
Al mismo tiempo los gobiernos occidentales, amparados por la OTAN, tomaron escandalosas medidas punitivas de tipo económico y trataron de aislar a Rusia por ahogamiento monetario, pero mas parece que se hubiesen pegado un tiro en el pie porque lenta y calladamente han tenido que irlas desmontando pues el dominio ruso del gas que consume Europa y las duras reservas en oro y divisas de Moscú las han vuelto un boomerang contra la economía mundial. Es decir, tal como Rusia echa reversa del territorio ucraniano, Occidente desbarata sus draconianas medidas.
En Colombia el asunto es de pronto menos significativo pero no menos dañino. Como la pandemia obligó a descubrir que la justicia penal es más expedita por el sistema virtual, los anacrónicos que manejan esa rama de la justicia desde la Corte Suprema han metido toda clase de varapalos para impedir que ese método tan eficiente se consolide eternamente y el 1 de julio se vuelva al papel sellado y a las fotocopias, es decir a la justicia presencial que es lenta, parsimoniosa y anticuada.
Los trucos y las zancadillas del anticuario que maneja la justicia se han parapeteado en el pánico que los congresistas le tienen a la Sala Penal y asustando, como es la moda ahora,han logrado que estemos a punto de echar reversa y el país vuelva a los tiempos prehistóricos en materia penal, pero curiosa y vergajamente mantenga la justicia virtual para lo laboral y lo civil.
Dizque existe una posibilidad la semana entrante de parar esa burrada con otro truco parlamentario. Ojalá que sea así porque de no, tendremos a Colombia con presidente nuevo y a la justicia vestida de vieja, pasada de moda y sin agilidad.