La concepción, diseños y construcción del Parque Ambiental Corazón de Pance, tienen como eje transversal la protección y pedagogía en torno al agua, un recurso fundamental para la vida que se encuentra en riesgo alrededor del mundo y es por esa razón que el tradicional rio Pance, patrimonio histórico y cultural de Cali, es su principal protagonista.

La zona de Pance, que deriva su nombre del río, ha sido un espacio de identificación y encuentro para los caleños desde hace mucho tiempo. Esta importante fuente hídrica  nace en los Farallones de Cali, en el pico Pance, el de mayor altura de la cordillera occidental a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, tiene más de 25 kilómetros de recorrido en dirección occidente-oriente desembocando en el río Jamundí y a pesar de ser el río más alejado del perímetro urbano es el de mayor caudal, 2,59 metros cúbicos por segundo a su paso por el sector de La Viga y en su parte inicial las aguas son rápidas, frías y cristalinas.

El Ingeniero Jorge Latorre, Director del Instituto Cinara de la Universidad del Valle, entidad encargada de adelantar estudios hidrológicos para el diseño y construcción del parque, afirma que: “la cuenca del río Pance ofrece múltiples ventajas y servicios ecosistémicos gracias a su gran capacidad de aporte de aguas subterráneas o recarga del acuífero, que es la posibilidad de infiltrar agua a las subcapas de la tierra y que ésta supla las necesidades de los demás reservorios de la ciudad. Los estudios indican una capacidad de infiltración de cerca de 1.300 litros por segundo lo cual permitiría abastecer a  por lo menos 600 mil habitantes diariamente”.

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Afirma además, que muy posiblemente esta agua de Pance viaja y es parte de la que se capta en la planta de Puerto Mallarino por la confluencia entre un acuífero y el río. Los estudios permiten determinar que el río contribuye a la regulación del clima y a amortiguar las inundaciones de la zona.

Sobre este patrimonio ambiental se ha presentado históricamente la amenaza de la urbanización indiscriminada que capta sus aguas para uso privado a través de derivaciones clandestinas para acueductos, lagos y hasta piscinas.

Según cifras del año 2017, el Dagma tenía identificadas derivaciones en el área urbana de Cali, en el barrio Ciudad Jardín, con ramificaciones para unos 350 predios con alrededor de 45 mil habitantes que sacaban entre 300 y 1.000 litros por segundo de agua. Solo está permitido que cuatro grandes acueductos, entre ellos, el de La Rivera de Emcali y algunos pequeños, captan alrededor de 341 litros por segundo, en promedio en casi todo el año, sobre todo, en épocas secas o de verano.

Por esa razón la administración municipal declaró esta zona como de interés público y emprende el proyecto Parque Ambiental Corazón de Pance, en un esfuerzo por proteger la provisión de agua de toda la ciudad, además de la conservación de la flora y la fauna que se encontraban en peligro de desaparecer.

Concluye la Directora del Dagma, Ingeniera Francy Restrepo, diciendo que “la vida moderna nos obliga a pensar en parques y espacios que se comprometan con la conservación, la preservación y el culto a la naturaleza. Y como Estado, debemos tomar decisiones y acciones concretas contra el cambio climático y privilegiar la vida. Esa es nuestra mayor responsabilidad”.