Eran las 4:00 de la tarde y Lizeth estaba tomando una siesta cuando empezó a escuchar a lo lejos los gritos de su vecina que angustiosamente le pedía que saliera de su casa, porque ésta estaba siendo consumida por las llamas. «Me levanté y había fuego por todo lado. Me alcanzó a caer un palo prendido encima. Solo tuve tiempo de sacar el televisor», recuerda con tristeza esta madre de 5 niños, que hoy lo perdió todo luego de que un voraz incendio acabara con su hogar en el asentamiento Las Palmas, en el oriente de Santiago de Cali.

Como el caso de Lizeth fueron 46 personas, entre las que se encuentran 14 hogares y personal de las bodegas de reciclaje, afectados por esta conflagración que se presentó en la tarde del pasado sábado en este sector cercano al Jarillón del Río Cauca.

“Tenemos entre los propietarios y los trabajadores 46 personas afectadas por esta conflagración. Es importante rescatar que no hay personas lesionadas, este es uno de los incendios más complejos que hemos tenido. Fue un combate de fuego difícil, aproximadamente 50 bomberos atendieron la emergencia; nos asociamos con el Plan Jarillón que actuó con todo su equipo, con las Secretarías de Bienestar Social,  de Seguridad y Justicia y, Paz y Cultura Ciudadana, atendiendo las directrices del alcalde Jorge Iván Ospina”, señaló Rodrigo Zamorano, secretario de Gestión de Riesgo de Emergencia y Desastres local.

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 Esta no es la primera vez que se presenta en esta zona este tipo de conflagraciones. En los últimos 12 años, según los organismos que atendieron la emergencia y la comunidad, se han presentado ocho incendios; cuatro de ellos, de gran magnitud, han arrasado con parte de este sector.

“Este es el cuarto incendio que he tenido que vivir”, cuenta Johnson Gómez, quien hace 12 años tiene una bodega de reciclaje en el sector, con la cual alimenta y sostiene a sus cuatro hijos y a su madre.

“Intenté apagar el incendio hasta que llegaron las máquinas de bomberos, pero ya no había nada que hacer. Hoy estoy revisando entre las cenizas lo que más puede recoger”.

Lucía, habitante de Las Palmas, ha tenido que volver a empezar de cero en tres oportunidades, ya que las llamas no han sido clementes con ella y su familia. “Este es el tercer incendio que acaba con todo lo que tengo”, relata con desazón.

“No estaba en mi casa. Venía de donde mi mamá cuando desde lejos vi mucho humo. Le pregunté a un vecino y me dijo que había un incendio cerca a mi casa. Corrí para ver qué pasaba, pero cuando llegué era muy tarde. Ya se había quemado todo. Ya los bomberos estaban apagando las llamas y yo no alcancé a sacar nada. Me quedé con lo que tengo puesto”, relató Lucía con la voz entrecortada.

“Lastimosamente por la precariedad, por la vulnerabilidad, tienen conexiones irreglamentarias de energía; conexiones ilegales y las industrias que aquí operan no cumplen los estándares de seguridad industrial. Podemos palear estas necesidades, pero a futuro casi que estamos condenados nuevamente a vivir esto”, remarcó el gerente del Plan JarillónEli Shnaider Brener, quien también afirmó que, “se levantó toda la información de los damnificados y las cruzamos con la información histórica de las bases de datos de Jarillón para entregar estas primeras ayudas humanitarias inmediatas”.

Hoy, gracias a la reacción de la Alcaldía, familias como las de Lucía, Lizeth y Johnson recibieron un kit de cocina, de aseo, una colchoneta con cobija y almohada, y un mercado que les ayudará a mitigar de manera inmediata esta emergencia.

“Vendrá una etapa posterior que son las soluciones de fondo. Esta es una zona Jarillón; es un asentamiento de desarrollo humano incompleto que tenemos que reasentar, así que también es la oportunidad para evitar que a futuro se vuelva a consolidar esta área y volvamos a tener esta serie de inconvenientes”, concluyó Shnaider.