Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Hacía mucho tiempo no me encontraba con el fenómeno de un libro que pese a su desorden, a sus desvíos permanentes y su falta de estructuración en vez de dejarlo a un lado y no seguirle leyendo,me cautivara tanto hasta terminarlo como esa rarísima dizque biografía novelada del presidente Núñez que han escrito los cartageneros Juan Dager y Yabrudi Nieto.
Aparentemente el gancho son las soledades del mítico presidente Rafael Nuñez, la física, que le acompañó siempre en su vida intelectual y política, y la hogareña, en donde por la mayor parte de su existencia tuvo a Soledad Román como su compañera.
Yo de Nuñez aprendí leyendo a Eduardo Lemaitre y a Fernando Gómez Martínez quienes asumieron el papel de grandes biógrafos y analistas de su vida y obra.
Yo de Núñez he seguido leyendo a uno y a varios pero no olvido que fue oyendo en tertulias inolvidables en el balcón de un apartamento en Bocagrande con Eduardo Lemaitre donde aprendí bastante.
También lo hice en almuerzos suculentos con Donaldo Bossa, Héctor Rojas Herazo y el propio Lemaitre,adobando mis conocimientos de lector ávido con la fuerza anecdótica de estos tres pintores y esculcadores de la Cartagena de sus amores.
Meterme entonces a leer este libro de Dager e irme encontrando un desorden monumental, que tal vez permitiría el género de novela si el libro en realidad lo fuese, resultó ser una labor ingente. Era pasar de estar entretenido leyendo el trasegar poco conocido de Núñez en la cuadrilla que llamaban ejército del General Carmona, y de pronto, toparme con referencias y anécdotas inexplicables, paralelas a los personajes o a las situaciones vividas hasta causarme el resquemor que a cualquier lector le ocasiona.
Pero como entendí que todos esos defectos de este libro desconchinflado hacen parte de un andamiaje de datos sobre Núñez y Soledad, sobre las mujeres que enamoró,sobre los poemas que les dedicó y, por entre las hendijas que dejan esa narraciones se podían sacar conclusiones alrededor del verdadero temperamento del Gran Regenerador de la Patria, seguía leyendo, así me perdiera en las maraña del arribismo intelectual que obliga a los autores a copiar tontamente hasta de Mr Google textos enteros de sapiencia barata que descontrolan la lectura por empalagosos.
Pero como allí están desde recetas de la cocina cartagenera hasta observaciones solo propias del cotilleo que enamora al lector,hice el esfuerzo y terminé leyéndolo convencido que pese a lo farragoso del texto estaba conociendo muchas más cosas del increíble Rafael Nuñez que yo todavía no sabía.