Como dice ese filósofo del reguetón ampliamente conocido, mucho más que Kant, Platón o Zuleta; Daddy Yankee: “Lo que pasó, pasó”. Ya las elecciones terminaron. Las expectativas se cumplieron 100% y Colombia democráticamente ha ganado con la participación récord que legitima al ganador y al proceso electoral.
Desde el 5to boletín se inició una tendencia que se mantuvo constante a favor de Gustavo Petro la diferencia de 724.461 demostró que eran ciertas las tendencias marcadas por las encuestadoras que en este proceso han mostrado alta fiabilidad en general. Colombia que ya había optado por el cambio en la primera vuelta en esta segunda decidió mover el péndulo hacia la izquierda en su historia.
La ciudadanía en general, los órganos de control y en especial la registraduría mostraron civismo y transparencia. Las ciudades celebraron con caravanas llenas de alegría. Realmente han sido unas elecciones de paz y todo lo desagradable nadie lo mencionará.
Ambos candidatos fueron amplios en su voluntad de reconocer al otro y desear lo que todo el país desea, un cambio positivo. El nuevo presidente electo marcó las líneas gruesas de su mandato: Cambio real centrado en la paz, justicia social y justicia ambiental.
Clara y sorpresiva para muchos fue la frase presidencial en su discurso de victoria de «a desarrollar el capitalismo en Colombia” no porque lo adoremos, sino porque tenemos que superar la premodernidad y el feudalismo». Una frase que tranquilizará a los empresarios y al mundo político en el mundo, pero que podrá sorprender a los radicales de izquierda sin entender que Petro es un socialdemócrata.
Lo que vendrá todo será inédito. La historia colombiana comienza un andar de niño en una casa vieja y lo digo porque mientras el gobierno progresista se asienta las estructuras del poder legislativo, judicial, FFAA, banca y gobiernos locales junto a millones de colombianos siguen entendiendo la realidad como ayer. No será así. Cuatro años no son nada y si este proyecto político quiere tener continuidad deberá demostrar a todos su viabilidad, su coherencia y saldo positivo, como dijo Gustavo Petro el cambio debe ser real.
Hoy aún no tenemos congreso elegido, la registraduría lleva tres semanas contando y recontando y las credenciales no se han entregado. El gobierno debe lograr consensos y creo que será posible ya que salvo el Centro Democrático los otros partidos han dejado en libertad a sus bases y les interesa tener apoyos a sus agendas. La oposición salvo el Centro Democrático no será numerosa y será más la bancada de independientes la fuerza mayoritaria con la que se negociará.
Temas y expectativas sobran ¿cómo se logrará paz express con las disidencias de las Farc, el ELN y los cárteles de la droga? ¿se legalizará el tema de marihuana y hoja de coca? ¿cómo será la relación entre Estado y pueblos indígenas? ¿el tema de las expectativas de empleo y educación a los jóvenes?… hay muchas preguntas.
El Valle del Cauca tiene vicepresidenta y una masa crítica de fieles votantes del Pacto Histórico ¿cómo serán las relaciones entre Gobierno y gobiernos locales en este año y medio de su gestión con intereses tan diversos que giran sobre Santiago de Cali?
Por lo pronto, yo acepto la promesa a #VivirSabroso.