Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
El pasado domingo falleció Martha Bossio de Martínez,pionera y maestra sin igual en sus cátedras universitarias del oficio de libretista. La vida me dio el privilegio de trabajar con ella durante unos meses mientras construía la exitosa adaptación para televisión de EL BAZAR DE LOS IDIOTAS, novela que sigue editándose y amasando lectores día a día. Fue hace mucho tiempo, cuando no existían ni el fax ni los celulares ni el internet .Pero todo resultó especial para volver inolvidable esta narración.
Ya había editado en Destino de Barcelona a “Cóndores” y a “Dabeiba”y al paso que iba mi literatura estaba amarrada a no moverse del mundo editorial español. Pero escribí “ El bazar de los idiotas” y don Joseph Vergés, dueño de la editorial barcelonesa me anunció unos meses después que la censura franquista, vigente en la católica España, no permitiría que esa novela ni se editará ni circulara en la península.
Fue un duro tajo en el oficio.El generoso catalán me recomendó entonces que acudiera a Plaza y Janés,editorial que estaba publicando en Bogotá y allí tuve una acogida y un respaldo maravillosos para consagrar mi literatura y obtener miles y miles de lectores colombianos por dos décadas.
El acta de censura del Ministerio de Información del generalísimo Francisco Franco solo vine a conocerla casi 40 años después cuando la revista Arcadia la publicó. Y no me interesó averiguarla entonces porque el papel de víctima no podía correrlo paralelo al éxito, para mi abrumador, de una novela en donde dos idiotas hacen milagros desde un balcón mientras la multitud se congrega a verlos masturbarse.
No recuerdo cómo manejó la inteligente Martha Bossio esas escenas milagrosas al llevarlas a la tv. Ni como Caracol Televisión se las arregló para volver ese montaje en una producción triunfadora nacionalmente pese a que se transmitió por la Segunda Cadena en aquellas épocas en que solo la cadena UNO llegaba a todo el país .
Pero si recuerdo el llanto de ella cuando por la vía telefónica me informó que en la grabación de la escena final, cuando le tiran la bomba a los idiotas milagrosos, un accidente prendió fuego al entramado y averió a los actores demorando unos meses su salida en pantalla.
Pese a los aplausos, al Bazar no la volvieron a pasar y aunque en los primeros meses nos vimos para rumiar los laureles con la Bossio y la excelente actriz María Eugenia Dávila, quien representó a Marcianita en la telenovela, jamás volví a saber de tan estricta pero ingeniosa libretista que montó adaptaciones de otras novelas, una de ellas excepcional sobre la obra de Sánchez Juliao, con quien nos carcajeamos muchas veces después elucubrando como ella nos había entendido y tolerado a un par de díscolos, como éramos nosotros dos.
Todavía recuerdo patente el tono de voz de Martha Bossio de Martínez y creo que al partir debió haberle dejado a su hijo la inmensa satisfacción que nos entregó por tantas noches en la pantalla chica a los colombianos usando la combinación equilibrada de humor y mensaje. Paz en su tumba.