Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Se encuentra por estos días en Colombia realizando juiciosa y muy atrayente investigación un serio periodista sueco que busca encontrar, 92 años después, los elementos y las circunstancias que rodearon la muerte de la pareja del aristócrata sueco Caspar Tamm y su esposa Helena Banheck.
Alguien le sopló al acucioso reportero que yo dizque sabía de esa historieta que conmovió entonces a Popayán. La verdad es que buscando datos sobre el superministro de Olaya Herrera, don Francisco José Chaux, que estuvo desde 1930 hasta 1934 ejerciendo con singular soberanía, había dejado huella de mi escarbadera sobre lo acaecido en Popayán aquél año.
Pero después de rememorar mis andanzas históricas y de conversar animadamente con el reportero sueco me he encontrado con una historia que él va a recrear en la prensa de Suecia y quizás en una novela y yo, entretanto me soslayare en ella conociendo sus detalles.
El señor Tamm llegó a Popayán luego de separarse de su primera esposa, otra aristócrata nórdica de mucho dinero, al promediar la década del 20. No se fue al Huila,donde existía otro pequeño grupo de suecos sino que trajo su capital,su disciplina y su empeño a Popayán, donde ya vivía el otro aristócrata europeo VonSchneider, su amigo y compañero de cacerías.
Como su nueva mujer era la tutora de sus hijos y casi 40 años menor que él, decidió encerrarse en una finca cafetera que adquirió en El Tambo y en menos de tres años la tenía convertida en un gran hacienda organizada, rentable y envidiable. A fines de 1929 se vió obligado a viajar a un tratamiento médico a su patria, sin obviamente llevar a Helena por razones sociales. Lo hizo por Buenaventura y el Canal de Panamá y hacia julio de 1930, restablecido de sus dolencias de anciano, retornó a Popayán y rápidamente percibió que su mujer le era infiel con su mayordomo y como buen cazador le tendió la trampa.
El 13 de agosto de ese año, una semana después que Olaya Herrera había asumido la presidencia y nombrado al señor Chaux como ministro, el señor Tamm, cegado de ira y bañado en intenso dolor dio muerte en el lecho matrimonial a la mamá de sus hijos pequeños junto con su amante usando una escopeta de caza.
Luego con una pistola y frente a los dos cadáveres, el sueco se suicidó. La prensa de entonces, la de Popayán que manejaba Gustavo Arboleda y el Correo del Cauca de Palau, llenaron páginas camuflando el crimen pasional sin hablar del mayordomo pero las lenguas patojas resultaron más fuertes y la versión real sobrevivió hasta llegar a Suecia hace 90 años, donde la encontró en una hemeroteca hace unos meses el reportero y ha venido a Colombia a escarbarla y corroborarla para preparar su libro y yo darme el lujo de poder contarla en esta crónica.