Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Las denuncias que surgieron a raíz de la investigación de BluRadio sobre el manejo de la plata de la paz en las OCAD, en donde se dijo, pero no se probó fehacientemente, que a un grupo de alcaldes y gobernadores les exigían coimas para aprobar proyectos que cumplirían lo pactado en la paz de La Habana, armó el alboroto.
Y más creció ,o se orientó, cuando se dijo que las 2 funcionarias de Planeación encargadas de bajar la guadua, tenían un presunto contubernio donde no estaba ausente la Contraloría, en especial dos funcionarios de alto nivel que clasificaron, curiosamente, entre los 10 preseleccionados para aspirar a ser Contralor de la República.
Inmediatamente los dos afectados, y dicen que también el Contralor Córdoba, presentaron una demanda por injuria y calumnia. Y ayer, la doctora Barco, Directora Nacional de Planeación, donde parece que se implementaba el retén extorsivo del OCAD, puesto que allí se aprobaban las partidas para regar con plata la paz pactada a través de dos de sus empleadas, anunció que desde agosto del 2021 cuando llegó al cargo, reemplazando a quien es ahora, (qué curioso), otro tercer preseleccionado en la misma lista para Contralor, conocía de las denuncias pero que ya han archivado dos de las cinco por falta de pruebas.
A su vez el antiguo Consejero Presidencial, don Emilio Archila, quien fue uno de los quejosos ante Planeación sobre la presunta existencia de esas extorsiones, ya fue llamado por la Fiscalía para profundizar en su denuncia. Empero en Colombia, donde los partidos políticos se convirtieron en unas cooperativas de contratistas y cada congresista representa no exactamente a sus regiones sino a esa punta del iceberg de la corruptela, que comienza con la repartisiña de las cifras indicativas del Presupuesto Nacional, podría darse que la plata para hacer la paz de pronto se la hubiesen birlado.
Pero también, y hay que advertirlo, sólo en este país, otrora la Colombia del Sagrado Corazón y de San José Gregorio, en donde las cosas se han hecho y olvidado milagrosamente por la sangre de Jesucristo o las consultas y cirugías fantasmagóricas del médico venezolano, podrían coaligarse la más altas togas parientas de los acusados con la más descarada apetencia para callar una vergajada de tales proporciones. Quedan muchas dudas.
El reverbero de acusaciones contra los precandidatos a Contralor ha crecido en redes sospechosamente porque parecen impulsadas desde los garajes de las guerras sucias. Sobre todo cuando se hace bulla en esas mismas redes para que se baraje de nuevo el listado de los preseleccionados y se anulen las tres calificaciones hechas por el Congreso anterior para cumplir la ley que obliga a elegir Contralor antes del 3 de agosto.