La jueza central chilena María Carvajal alistaba su silbato, el esférico en la grama del Alfonso López pronto estaría rodando. De fondo el paisaje de las brúcelas, los aficionados en Bucaramanga de a poco cubriendo el marco de las graderías. Semifinal bastante ansiada, es que Colombia y Argentina se topaban las caras. ¡Lo que vendría a continuación mandaría al carajo toda antítesis acerca del fervor en los duelos del balompié femenino!
Arrancaba el cotejo, en el tramo inicial el equipo colombiano padecía enredijos en su bloque defensivo. Por su parte las albicelestes se entonaban de gallardía para asomarse al frente donde se encontrarían con una formidable ‘Cata’ Pérez. La portera nacional estuvo firme, así como el recordado orquestal trepado en el Titanic; serenando los aires del combinado cafetero, sobre todo en la atajada frente a Estefanía Banini quien zampó tremendo remate.
Después del primer cuarto de hora Colombia reaccionaría, un borbollón de ocasiones tendría para ponerles “tatequieto” a las argentinas, pero la redonda no quería entrar. De esas la acción con mayor claridad estuvo en las piernas de Maira Ramírez, disparo que acabó estrellado en el travesaño. Sumado a la cantidad de chances con Linda Caicedo y sus regates. Faltaba solo potencia a la hora de definir para abatir a Vanina Correa.
¿Lugar para una maniobra polémica? Jugadas de esas abundan en una contienda como esta. Ahí sí hay que recalcar la arbitra chilena “comió cuento gaucho” y se equivocó al anular gol legítimo de Colombia, señalando en el desarrollo de dicha acción mano de la atacante azucarera Linda Caicedo.
En la segunda parte de trámite subiría la intensidad, una que otra traba en camino pero con la absoluta intención de atacar. Dominio completo de la tricolor nacional que replegaba sus líneas, Argentina sin salida solo hallaba como alternativa “raspar”. Antes de que Gabriela Chávez viera la doble tarjeta amarilla para expulsión, tendría que ver un “lindo milagro”.
Esto ocurriría al minuto sesenta y tres, era la ‘divina niña’, un prodigio de 17 años, que se encargaría de agitar la noche en una gloria inmarcesible. Fue con un balón levantado desde la franja derecha por la barranquillera Mónica Ramos, ahí lo estaba esperando, Linda Caicedo lo controlaba, luego regateaba, para finalmente <con algo de frialdad> ajustarla hacia el palo izquierdo del arco rival. Ahora sí estaba vencida Correa.
De esta manera un gol sentenciaría la triple dicha de ‘las superpoderosas’, un equipo inquebrantable que entregó todo para que no se escapara la oportunidad de decirle al país entero, y al mundo del fútbol: Presentes. Digno finalista de la Copa América, que aseguró también su cupo al Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023, lo mismo que a Juegos Olímpicos París 2024. Felicitaciones por demás a todo el plantel.
Ahora el turno será esperar por uno de sus rivales, pueda ser Brasil o resulte milagrosamente como segundo finalista la selección paraguaya, recordemos en el balompié nada termina escrito.
Finalmente se registró un ingreso de 13.359 asistentes al Estadio Alfonso López.