Estamos más enredados que un bulto de anzuelos; por donde miremos hay un bollicuscus.
Las FARC con su viciosa actitud de negar hechos dolosos claros, como el asesinato de los diputados y algunas secuestros. Parece que se les olvidó que lo pactado es decir la verdad por dura que sea, si quieren tener penas alternas. Les queda fuera de lugar querer justificar el vil asesinato de los diputados del Valle como producto de un ataque, es una vil mentira.
Que la JEP hubiese calificado los ataques a la escuela de superior, en primera instancia, como acto de guerra, es sin duda un esperpento jurídico. Queda la segunda instancia donde, hasta ahora, se han corregido estos errores de las primeras instancias; ojalá, continúe así.
El asesinato de líderes sociales vinculados al proceso de paz, sigue siendo un dolor de cabeza del País. No hay justificación frente a este desangre y definitivamente metió la lengua la Mininterior, al compararlos con los robos de celulares.
Lo del ñeñegate se creció; lo peor en estos casos es negar lo evidente. El famoso Ñeñe era un reconocido ganadero de valledupar; era un personaje social; nadie tenía por qué saber que era testaferro de un mafioso.
La cosa se enreda cuando se niega la amistad y las invitaciones recibidas; no ha sido bien aconsejado el presidente en este caso; debió haber dicho, con franqueza, su amistad familiar y lamentar que ese señor hubiese terminado metido en problemas judiciales. Al negar lo evidente, se convierte en sospechoso.
Lo de la financiación de la campaña y los otros bochinches, como el tumbis que le hicieron al coscorrón Vargas Lleras es un tema regional, en el cual ningún candidato se mete. Que responda Luigi y la tesorería del CD.
Lo divertido, sin duda, es que todas las campañas terminan untadas de dineros sucios. Petro con sus fajos en efectivo; Santos con los de Odebrecht; Óscar Iván con Odebrecht; Duque con su ñeñegate. Todos ellos atacaron furiosamente al elefante Samper y terminaron enredados por lo mismo: Siempre fue a sus espaldas.
¡¡Vivir para ver!!
Ñapa: en Colombia en corona virus se llama : » el abrazo de ñeñe».