Un plan integral para la legalización de las drogas ilegales, la construcción de un gran acuerdo humanitario mientras se logra la paz total y mantener la disposición para construir una juntanza del Pacífico que interlocute con el Gobierno Nacional fueron algunas conclusiones, en la sesión de trabajo sobre Construcción de Paz, estable y duradera, cumplida en la Cumbre de mandatarios del litoral Pacífico.

“Hoy tenemos actores ilegales sin rostro. Nuestros habitantes están confinados y no hay cómo movilizarse por cuenta de la presión que ejercen los grupos armados. Necesitamos un apoyo humanitario para descongestionar el terror con que viven los pobladores de las zonas distantes de Colombia y el Pacífico”, aseguró el alcalde de Mallama, Nariño, Oscar Yovanni Bastidas.

El mandatario local, lamentó que, a cien días del secuestro del alcalde de El Charco, Nariño, Jesús David Ureña, no haya una respuesta efectiva de las autoridades, por lo que situaciones como esta impactan en la tranquilidad de los habitantes de esta región.

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Los y las asistentes a la deliberación preparatoria, con miras a la entrega de una gran propuesta regional al presidente Gustavo Petro, coincidieron en que la lucha militarizada y policial al narcotráfico no ha logrado soluciones de fondo y que por el contrario “es una guerra perdida”, como lo destacó la alcaldesa de Santander de Quilichao, Luz Amparo Guevara.

“No podemos ver a los adictos a las drogas como una enfermedad, sino como un problema de salud pública. Mientras la economía ilegal de las drogas siga manteniendo la burbuja monetaria no podremos regular el nivel de ingresos de la legalidad”.

En lo mismo coincidió el alcalde de Bahía Solano, Chocó, Ulmer Mosquera Gutiérrez, quien describió la condición de seguridad que atraviesa su municipio, como consecuencia de las economías ilegales en torno al narcotráfico.

En esta posición medio el anfitrión de la Cumbre, el alcalde de Cali Jorge Iván Ospina, quien destacó la degradación de una guerra que ha mutado a nuevas formas de criminalidad, entre las que se encuentra la captación de rentas ilegales y la presión de actores armados en algunos territorios, para ejercer control de las poblaciones mediante actividades económicas sin regulación, que terminan por copar el endeudamiento de los ciudadanos y controlan la movilidad.

“Necesitamos diálogos regionales vinculantes que sean unitarios. Nuestros problemas no se resuelven solos. No podemos hacerlo cuando los niveles de consumo en el mundo son elevados; cuando se multiplica el valor de un gramo de cocaína cuando sale del Pacífico a otras naciones”, insistió Ospina.

Al cierre de la primera Cumbre de Alcaldesas y Alcaldes del Pacífico, la jornada dejó las bases para la construcción de un acuerdo regional que ponga en el primer orden la atención urgente a las inequidades históricas y estructurales del litoral Pacífico, para que el Gobierno Nacional plantee soluciones en el Plan de Desarrollo del próximo cuatrienio presidencial.