DIANA MARIA RIOS S.

La Colombia humana, parece que considera humanos a unos y a otros no, pues no me explico, en que consiste esta presión a la que nos estamos viendo sometidos todos los colombianos y colombianas, patrocinado por un Estado que en vez de austero y eficiente, llega a pedir más de una economía tan golpeada como la nuestra.

Hablo del Valle del Cauca, en especial de Cali y Buga porque es mi tierra, que la amo y respeto y me duele como Bugueña, lo que vivimos en el PARO NACIONAL, esa sensación de terror, incertidumbre, escasez, miedo y demás, que nadie debe experimentar, fue esto, lo que irónicamente me movió a atreverme a entrar en política, debemos CORTAR con el ciclo de dolor y violencia de nuestra historia ANCESTRAL; que el pasado nos sirva para saber que no hacer y buscar nuevas alternativas que generen nuevas SOLUCIONES en el presente.

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Estoy de acuerdo con el llamado a la ORGANIZACIÓN, que hace Petro, pero me preocupa lo que NO se dice y queda en el aire, sujeto a malas interpretaciones de grupos, que se están estructurando en diferentes lugares, esperemos que este llamado, aparentemente de buena Fe, sea entendido por todos en el contexto que es, de organizarnos todos, para tener una BUENA COMUNICACIÓN, Y no sea desdibujado a un llamado, como el que se hizo el año pasado y que tiene golpeada, la calidad de vida de los vallecaucanos y de los caleños en especial. Sueño hacer realidad el sindicato de EMPRENDEDORES y EMPRESARIOS, organizarnos para equilibrar las cosas.

El dolor no reconoce estrato socioeconómico, ni partido político, ni nada, al igual que el estrés, la ansiedad, la preocupación del día a día; la organización que debe tener cada persona, para garantizar su mínimo vital, no es fácil de conseguir y más en un estado encarecido interna y externamente; ahora pregúntese cómo pueden estar esas familias, que buscan trabajar cada día por tener lo “mínimo”, cuando hay que hacer más por menos y sumado a esto, menos tranquilidad, a pesar de estar en su propiedad privada, la cual es un derecho legítimo, que se está viendo vulnerado, sistemáticamente por interpretaciones acomodadas al beneficio de algunos.

Vale la pena preguntarse ¿Qué es lo mínimo? ¿Es lo mismo para todos? para mí lo mínimo que uno debe esperar del Estado, es que genere CONFIANZA y TRANQUILIDAD, sin llevar a las personas al límite para poder vivir y que además, garantice un Estado de orden público real, para no tener que vivir con delirio de persecución, fundado en el trauma que genera, estar expuesto constantemente a una vida, de estrés y angustia general.
Presidente tome las riendas de esto de verdad, prefiero pensar que se la está dejando “montar” y no que está siendo autor o cómplice por omisión.

En medio de esto nos preguntamos, porque hay tanta intolerancia al pensamiento diferente, si podemos comprender puntos de vista que nos amplíen nuestra propia perspectiva y eso no nos hace buenos o malos, pero sí nos permite conocernos en nuestra humanidad, COMPRENDIENDO que todos tenemos pruebas y situaciones con las que lidiamos, de la mejor manera que podemos en la consciencia que tenemos.

Este proceso HUMANO, no se tiene en cuenta a nivel GENERAL y es un gran error, porque conforme pasa el tiempo, las personas se van acostumbrando a sobrevivir y dejan de vivir, convirtiéndose más bien, unas máquinas de producción y generación de ingresos, para la gran industria del estado, que disfrazado de “democracia participativa” muy mediocre por cierto, tiene acciones de dictador y no es solo de este gobierno, se trata de un sistema mentiroso, que obliga a sus codueños por así decirlo a vivir bajo una presión, innecesaria, que genera más daños colaterales, por la arbitrariedad de esas decisiones y ¿a quién se le reclama los perjuicios de esto?; pero la factura llega puntual mes a mes.

Hay que EVOLUCIONAR, modelos como Holanda, donde el ORDEN de los sectores, permite una sana convivencia, respetando el libre desarrollo de la personalidad de todos, sin violentar el espacio y tranquilidad de la otra persona, teniendo así recursos a través de los impuestos, que le permitan al país brindar más garantías ciudadanía.

El reto es bajarle a la doble moral y organizar lo que está bajo la mesa, debemos ponerle un nuevo factor a la ecuación, para que nos garantice si o si, un resultado diferente, tenemos países espejo a nuestro alrededor, hacerlo bien es cuestión de voluntad, observación, sentido común y sentido de pertenencia, de querer crear vías, que mejoren de verdad la calidad de vida de todos.
Y recuerda que el cambio de verdad, es de MENTALIDAD. ¡EVOLUCIONEMOS!