Gardeazabal

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

Para la generación táctil que cada vez maneja mejor la pantallita y, por supuesto, no tiene tiempo en su fugacidad de detenerse a averiguar quienes hicieron posible lo que hoy tenemos, Mijail Gorbachov apenas si les recuerda la imagen de un señor poderoso que tenía una mancha de sangre imborrable en su reluciente frente.

Pero para los envejecidos testigos de su tiempo como yo, la muerte de este cuasi zar de la poderosa Unión Soviética, otrora país que ganó la guerra con los aliados contra Hitler e instauró el comunismo como opción de cambio para el siglo XX, significa demasiado y nos hace reverdecer recuerdos y nostalgias.

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Nada más degradante para los habitantes del mundo de esos años 70 del siglo pasado que ver levantar el muro de cemento en Berlín, para impedir que Alemania se unificará o que en cualquier arranque de furia los seniles dirigentes de la Unión Soviética hundieran el botón de una guerra nuclear, siempre presente como amenaza en el mundo después la segunda guerra mundial.

Pues ese señor Gorbachov, que acaba de morir a los 91 años en un hospital de Moscú hizo posible, él solo, que la brújula del mundo cambiará. Se inventó la perestroika y el glasnot para sacar a la antigua Rusia del ostracismo, y con gestos fundamentales y determinaciones imperiales, consiguió tumbar el muro de Berlín y firmar los tratado antinucleares que hoy todavía están vigentes y, en especial, degollar al comunismo.

Por supuesto al hacerlo desbarató el orden mundial existente hasta entonces. Destruyó los regímenes comunistas de los países europeos que habían quedado dentro de la llamada cortina de hierro, pero sobre todo ( y eso jamás se lo perdonaron sus compatriotas) le devolvió a las repúblicas rusas que conformaban la Unión Soviética desde las épocas del último zar,la libertad y su carácter de naciones independientes. De paso desbarató el poderoso mito de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Ese caballero tumbamuros, hizo posible la paz del mundo desde 1989 hasta hoy, cuando Putin, sin tanto poder ni gloria como Gorbachov, pretende usar la guerra para reordenar económicamente al mundo alrededor de sus trapisondas de antiguo agente secreto de la KGB. Pocos hombres como el que ahora recuerdan sin recordar medios y pantallitas o viejitos como yo.

Excúsenme los lectores y oyentes, pero debo decir que muchos ancianos iguales a mi nos sentimos inmensamente orgullosos de haber vivido el período en que existieron líderes de la talla de Mijail Gorbachov, capaces de reedificar al mundo.