Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Una semana antes de posesionarse Petro, exactamente el 30 de julio, se anunció con bombos y timbales que dentro de la Concesión Tayrona, entre Petrobras y Ecopetrol habían perforado un pozo de gas, Uchuva 1, en inmediaciones de Santa Marta que resultaba muy prometedor.
La perforación y medición costó 120 millones de dólares e ilusionó no solo al mercado gasífero del país sino a quienes hicieron cuentas sobre lo que produciría y lo que le serviría a las finanzas del nuevo gobierno.
Unos días después vino la nueva ministra de Minas a plantear que no se explotaría más gas, que se importaría de Venezuela. Paralelamente, el 9 de agosto, por razones técnicas o por alguna causa desconocida, la ANH emite una carta de aprobación del abandono, primero temporal y después definitivo, del pozo Uchuva 1 en donde se detalla cómo se hará el taponamiento.
Y el 2 de septiembre, en el informe final, se narra cuantos sacos de cemento se emplearon para matar el pozo y como se puso punto final a una gran opción de explotación.
Sería muy conveniente que tanto Ecopetrol como Petrobras le explicaran al país por qué se vieron obligados a ahorcar la gallina de los huevos de oro.
Pero, por supuesto, que la Ministra de MInas, doña Irene Vélez, declarada públicamente como antiextractivista, nos dijera si en esa determinación de las petroleras y en los vistos buenos emitidos por la ANH el 9 de agosto y el 2 de septiembre ella tuvo algo que ver.
Y lo solicitamos porque más de un colombiano debe querer saber por qué en menos de un mes lo que se planteó como gran descubrimiento gasífero, se mata de manera singular y se rellena de cemento para que nadie después pueda volverlo a usar.
Allá las directivas de Ecopetrol y Petrobras si le explican a sus accionistas como echan por la borda en menos de un mes 120 millones de dólares que costó el pozo, pero como la ANH es dependencia directa de la ministra Vélez y del presidente Petro y es desde allí donde dan las aprobaciones a la orden de clausura del pozo y a los resultados obtenidos y para nadie es secreto que han ocurrido al mismo tiempo que las declaraciones antiextractivistas y procompra del gas venezolano, las dudas se derraman y la imaginación no puede reemplazar la verdad.
