Cuando Bryan Ramírez inició su carrera como bailarín de ballet tenía tan solo 9 años. En aquel entonces este caleño, nacido en el Distrito de Aguablanca, decidió dejar de lado el fútbol para dedicarse a la danza, vivir su pasión y lo que ahora cataloga como “un estilo de vida que representa lo que soy”.
Bryan es egresado de Incolballet, institución que lo vio graduarse a los 18 años y que le posibilitó -junto con su talento-, pisar los más grandes escenarios del mundo, muchos de ellos en Europa. Ahora se prepara para regresar a Cali -la ciudad que lo vio nacer como persona y como artista-, como invitado al Festival Internacional de Ballet.
Su paso por el Béjar Ballet de Lausana, Suiza y por la televisión italiana abrieron la puerta para que poco a poco este colombiano no solo fuera derrumbando los estigmas que una vez lo persiguieron en Europa, sino también conquistara los escenarios europeos que ahora lo aclaman por su estilo de baile y talento.
Las audiciones en grandes teatros de Europa marcaron lo que sin duda es hoy una prometedora carrera artística en el ballet clásico y moderno. Bryan Ramírez logró pasar por las óperas de París y de Roma, por el teatro San Carlo de Napoli y por el Teatro Massimo de Palermo.
“La emoción de subirse a los escenario en Europa y representar mi país es un sentimiento muy grande. Muchas veces tenemos un estigma como colombianos, de hecho fue algo con lo que tuve que luchar, pero paso a paso uno se encarga de que las personas cambien su pensamiento.
Dios y el talento que me regaló me llenan de emoción y orgullo cada vez que me subo a un escenario”, manifestó Bryan Ramírez.
Danzar para salir adelante
Para Bryan la danza y el ballet se convirtieron en el vehículo para salir adelante, superar errores y derribar las barreras que suelen cubrir a este estilo de danza.
“La danza es una cosa de sacrificio y es el trabajo y la disciplina lo que te sacan adelante. La danza da la posibilidad de ensayar y repetir tus errores para aprender de ellos, superarlos y mejorar. Con el paso del tiempo la danza ha dejado de ser elitista, el arte es para todos y quien quiera puede disfrutarlo”, destacó.
Así mismo, Ramírez también destacó que son justamente espacios como el Festival Internacional de Ballet, Finba, los que permiten que niños y jóvenes expongan su talento ante el público.
Finba es cultura, reencuentro y oportunidad
“El Festival Internacional de Ballet significa un reencuentro con el arte, un modo de poder ver las realidades de las compañías que vienen, es volver a mi ciudad a mi país y es hermoso. El Finba es cultura, reencuentro y oportunidad. Es poder ver el intercambio de culturas, de arte y el encuentro con bailarines y corógrafos en un mismo lugar”, dijo Ramírez.
La realización de espacios que posibiliten la educación de las personas frente al arte, la apertura de Cali hacia el mundo de la danza a nivel internacional y el poder ver los talentos existen en el país que se dedican a la danza y el ballet, son algunas de las posibilidades que se abre con la realización del Festival Internacional de Ballet.
“El Finba es importantísimo porque para nosotros como colombianos y para Incolballet es relevante poder ver otros grupos, compañías y bailarines y poder mostrar a otros países nuestras compañías, bailarines y cultura. El arte es intercambio”, concluyó.