Con vocación agrícola y agrónoma, Luis Eduardo Bedoya, un joven de escasos 16 años y protagonista de esta historia, tiene hoy un emprendimiento de 100 gallinas ponedoras.
Es un estudiante de grado 11 de la Institución Educativa, La Paz, sede La Granja; un chico que, gracias a su formación en una escuela rural de Cali, ubicada en el corregimiento La Castilla, cuenta con un proyecto de vida gestado en el campo.
“Estoy haciendo un proyecto de grado que es sobre huevos orgánicos; en este caso tengo dos tipos de gallinas, dos líneas, primero la línea Lohmann Brown, que produce huevos cafés y la otra línea que son gallinas criollas de origen asiático, llegaron de Chile y es la única variedad que existe en Suramérica, producen huevo azul, también producen huevos verdes y huevos blancos. Estas gallinas son alimentadas con forraje y alimento orgánico”, explicó el estudiante.
Muchos pensarían que desde el campo no hay futuro y la educación está lejana, pero este joven ha roto paradigmas y se perfila como un líder en su comunidad. Su abuelo, Luis Eduardo Bedoya López, se siente orgulloso y muy agradecido, “mi nieto sale de esta Institución con una mentalidad muy positiva de ser agrónomo, ya se inscribió en la Universidad Nacional para continuar lo que ha aprendido en esta Institución, lo de los huevos, la agricultura y muchas cosas más. Esto es una bendición”, manifestó con entusiasmo.
Esta institución, ubicada a 45 minutos del centro de Cali, dispone de una huerta y una granja de animales, producen variedad de plantas aromáticas, además de café y otros alimentos; tienen un sistema de potabilización de agua propio y paneles solares entregados por la Secretaría de Educación Distrital.
Su vocación significativa pedagógica se inició hace varias décadas. “La propuesta agroecológica nace aproximadamente hace 40 años en la vereda Villa del Rosario que pertenece al corregimiento La Paz, y nace como una necesidad de que los estudiantes tuvieran una educación contextualizada, es decir que aprendieran haciendo de acuerdo con las prácticas de campo que se realizan acá”, indicó Óscar Meneses, docente del plantel.
“Con las prácticas que aquí se desarrollan se busca que los estudiantes sientan un sentido de apropiación por su campo, por su cultura y que, además, mediante los trabajos de grado que realizan en sus fincas puedan resolver problemáticas que hay actualmente en la región, problemáticas de producción o ambientales”, explicó el maestro.
Proyectos e historias como esta inspiran y hacen que los jóvenes desde la ruralidad encuentren un propósito de vida y continúen trabajando por sus sueños.