Un reportaje desgarrador me llevó a recordar un libro que leí hace dos años: Los años sin juicio, del escritor venezolano Federico Vega. El reportaje en cuestión es “Prisiones venezolanas: repúblicas independientes del crimen”, que fue publicado en la página web Runrun.es y ha sido fruto de una larga investigación, producida por el equipo de periodistas de este medio de comunicación

Muchas de las situaciones que se plantean en el reportaje son harto conocidas pero también se dan muchos detalles novedosos. Sin embargo, es un malestar permanente conocer la descomposición social, económica y política que existe en las cárceles venezolanas.

El libro de Federico Vega nos conecta también con esa realidad.
La novela “Los años sin juicio” de este escritor venezolano adentra al lector en la vivencia de un hombre que vivió la penuria de la cárcel. Aunque logra salir luego de tres años, esa persona no será nunca la misma que entró y aunque el lector -de antemano- conoce el desenlace, ello no produce ningún alivio luego de ser testigo de los entresijos de una amarga y difícil experiencia.

Anuncio

El sistema penitenciario de Venezuela es uno de los más crueles y desproporcionados que existen en el mundo. Corrupción, hambre, torturas, pranato… son solo algunos sustantivos que califican lo que allí sucede. El aporte de un relato en primera persona hace que el lector se identifique y lo viva como si le hubiese pasado a él mismo.

Justamente el reportaje de Runrun.es deja al descubierto la realidad de un sistema penitenciario “marcado por la corrupción, la violencia y el abandono estatal”. De modo que el relato en primera persona del recluso de “Los años sin juicio” tiene un asidero real y verificable.

En el libro de Vega se siente el dolor, la angustia y la frustración de un hombre que por diversas razones tiene que pasar por un sistema que simplemente lo va a devorar y contra el cual nada puede hacer. Es digamos lo que “le toca” a Germán, el personaje principal de “Los años sin juicio”.

El hecho de contar con profusión de detalles el día a día dentro del calabozo coloca al lector frente a una narrativa que se apoya en el realismo y se asienta en la investigación.

En la novela no importan las estadísticas, ni las cifras, ni los datos sino la interioridad del personaje, la descripción de los estados de ánimo, de los espacios en los que transita su vida durante el tiempo de reclusión, las relaciones que se establecen con las personas que comparten su cautiverio.

La trama de “Los años sin juicio” se basa en un hecho verídico. En el arresto de un empresario, expresidente de una casa de bolsa en Caracas, Venezuela, que en 2009 fue encarcelado por el régimen de Hugo Chávez. En un ambiente político donde era necesario buscar culpables del desastre económico, las casas de bolsa fueron “los alacranes del capitalismo internacional enquistados en el sistema financiero”, se relata en la novela.

Durante el inicio de la historia, el abogado del protagonista busca la forma de convencerlo de que debe huir del país. Sin embargo, Germán no huye sino que intenta analizar ¿ingenuamente? cómo enfrentar lo que se le viene encima.

La primera persona le hace ver al lector, los días de tristeza, de angustia e impotencia; el sentir ante las pérdidas; ante el matrimonio que hace aguas; también la rabia y el desasosiego ante la injusticia; la indignación ante la crueldad. Pero también la fe por volver algún día a casa y la esperanza de recuperar la libertad.