Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Pese a mi edad, trato de estar al día en muchos temas que me han apasionado desde chico y que la modernidad ahora me facilita de manera gigantesca.
Estoy suscrito a más de una de esas páginas del youtube sobre volcanes, terremotos, huracanes y adelantos científicos en un afán de satisfacer la curiosidad que me ha acompañado toda la vida. Por esa razón desde hace 72 horas he venido advirtiendo en mi cuentica de tuiter @eljodario que en las islas de Barlovento se estaba formando un huracán que, de acuerdo a los distintos modelos de estudio de esos fenómenos, iba derechito para San Andrés y Providencia.
Por supuesto, no me pararon bolas sino ya ayer en la tarde, cuando comenzaron a adoptar algunas medidas las autoridades militares y civiles a quienes les corresponde el asunto si bien desde las islas más de uno de mis oyentes y lectores de mi podcast diario me contactaron para verificar.
De acuerdo a los estudios de trayectoria de los distintos modelos de análisis, casi todos coinciden a esta hora del viernes 7 de octubre que el disturbio , convertido en Huracán Julia, pasará por las islas en la noche de sábado a domingo y seguirá de largo a aporrear de nuevo a Nicaragua y Honduras.
Como en la oportunidad anterior temo que no se adoptaron medidas ni a tiempo ni velozmente, sino que se dejará a que la naturaleza cause todos los estragos que no han acabado de solucionarse todavía, pero aspiro en lo más profundo de mi ser que el huracán no suba de categoría en las próximas 48 horas y que las autoridades del nuevo gobierno y las rimbombantes pero lentísimas unidades navales hayan podido situarse, a tiempo al menos, en el sitio para acudir a restaurar lo que inevitablemente se lleva una tempestad de esas.
Y, sobre todo, que a partir del lunes, cuando ya los vientos se hayan ido, se acuda a las islas a darles mano en todo lo que hará falta mientras restablecen la normalidad. Es la primera prueba para el nuevo gobierno de saber desempeñarse ante una emergencia.
Ojalá no caigan en los errores del gobierno Duque y esperemos que Petro no se aparezca después en cuatrimoto a posar vestido de marinero o llegue allá con su traje de piloto montado en un kaffir como se disfrazó por estos días.