Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL
Ayer lunes el aeropuerto Matecaña de Pereira estuvo cerrado hasta bien entrado el día por culpa del mal tiempo. Pasa eso casi todos los inviernos crudos. Inmediatamente, y aprovechando la situación, los oligarcas pobres de Manizales que todavía defienden el botadero de plata de Palestina, salieron a decir que si les hubiesen dejado construir el Aerocafé, esta clase de obstáculos no se presentirían.
Nadie empero habló de la terquedad pereiruta,la que ha impedido que la pujante clase dominante de esa ciudad entienda que no pueden seguir sosteniendo el mito viviente del aeropuerto de Matecaña, construido con un empeño histórico en la orilla de la planicie pereirana y que terminó siendo una prolongación de la Avenida 30 de agosto.
Por alguna razón genética que César Gaviria o Pipe Córdoba nos pueden explicar, los pereiranos consideran que bajar al aeropuerto Santa Ana de Cartago a tomar el avión les cuesta mucho trabajo y dinero.
No hay argumentación que los saque de su terquedad. Santa Ana tiene todo lo que necesita Pereira para ser el Hub latinoamericano de la aviación al estilo de como lo ha sido El Salvador para Avianca o Dubai para el Oriente Medio. Cuando fui gobernador del Valle, hace casi 25 años, adelante los trámites con los alcaldes de Pereira y Cartago para que se conformará una sociedad y la idea saliera adelante.
A los pereirutos les pareció que era una maricada mas de Gardeazábal. Ahora que ya se acepta que lo que se requiere es un gran aeropuerto regional y que la idea de pelearse hasta desbaratar a Caldas como hace 60 años por la ambición de cada ciudad tener obispo, catedral, aeropuerto y gobernador, resulta ilota, lo que se debe es volver a poner la idea sobre la mesa y trabajarla.
Con las autopistas de doble calzada. Con el verraquísimo empuje que tienen los habitantes de Pereira para hacer industria y desarrollar progreso. Ante la inminencia de un país que debe llegar a la paz para que el turismo sea su gran redención y el Eje Cafetero goce de los elementales privilegios que ello concede, es hora de pensar en revivir el aeropuerto regional de Santa Ana a 10 minutos de Pereira, a menos de una hora de Manizales, a 40 minutos del Quindío.