Con la instalación de la nueva placa en el pedestal del monumento de Sebastián de Belalcázar, se dieron por finalizadas las tareas que posibilitaron el regreso de este ícono patrimonial caleño.

Tras cerca de 40 minutos de trabajo -y en paralelo a la finalización de las obras en el basamento del monumento-, técnicos operarios instalaron la placa en la que se hace un reconocimiento a las comunidades y cabildos indígenas que se opusieron a la conquista española.

En el texto de la placa se hace además un “reconocimiento y exaltación en homenaje al valor y heroísmo que ofrecieron con su sangre los pueblos indígenas de la época”. Se menciona también la ardua defensa de los territorios y de la cultura indígena que hicieron los cabildos ante la llegada de los españoles.

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“La nueva placa refleja unas realidades que no se conocían; una exaltación a las comunidades indígenas de las cuales somos hijos y que existían al momento de la llegada de Sebastián de Belalcázar. Es una exaltación a estas comunidades y al valor que tuvieron en su batalla”, detalló Leonardo Medina, subsecretario de Patrimonio, Bibliotecas e Infraestructura Cultural.

Un texto concertado: El texto que acompaña la nueva placa fue realizado a partir de investigaciones del equipo de la Academia de Historia del Valle, con el apoyo de la Secretaría de Cultura Distrital, a través de la Subsecretaría de Patrimonio, Bibliotecas e Infraestructura Cultural y con el concurso de las mesas de trabajo con las comunidades afro y cabildos indígenas vinculados al proceso.

Cabe mencionar que el texto también hace énfasis en el autorreconocimiento de la sociedad caleña como mestiza heredera de los antepasados indígenas.

“De este proceso hicieron parte los cabildos indígenas que habitan en Santiago de Cali y la comunidad afro. Además, se logró una concertación con ellos en torno al significado de Sebastián de Belalcázar y la fundación de la ciudad”, explicó Víctor Raúl Martínez, miembro de la Academia de Historia del Valle.

Resignificar el espacio: Uno de los propósitos que acompaña la instalación de la nueva placa es, justamente, hacer una resignificación del espacio en el que se encuentra el monumento de Sebastián de Belalcázar, mientras se reconoce el importante papel de las comunidades y cabildos indígenas en la salvaguarda de las culturas y territorios que había previo a la llegada de los conquistadores.

“Esto es un acto de resignificación; es destacar que hubo unas comunidades antes de la llegada de los españoles y que éstas, de manera activa, resistieron”, concluyó el subsecretario de Patrimonio, Leonardo Medina.