Gardeazabal

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

El martes pasado en mi cuenta de twitter, @eljodario, me atreví a decir preguntando: “Petro dijo que los bancos no deben financiar más extracción de combustible fósil. Pero no llegó a tiempo para la foto en Egipto. Tampoco le cumplió la cita que dizque tenía con Macron y mantiene de ministro de Educación a Alejandro Gaviria que manejó, según él, el peor sistema de salud del mundo.

Será que Colombia lo que tiene es un presidente loquito ?”. Quién dijo miedo. Desde todos los rincones de las bodegas pagadas en el mercado prostituto que las redes tienen para los influenciadores, me llovieron toneladas de insultos y, como diría mi abuela, fue tanta la mierda que sobró hasta para empañetar.

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Curiosamente en tantos años atreviéndome a pensar en voz alta, veo que la fuente motivadora de los insultos no ha cambiado. El 70% sigue considerando que mi gran mancha es haber reconocido mi homosexualismo y en vez de argumentar contra mis comentarios a la realidad o de contestar mi pregunta, me vuelven a decir loca en todos los términos y tamaños.

El resto del tsunami de protestas se divide casi que exactamente en tres grupos, el primero, los que me minimizan porque soy un viejito. El segundo los que consideran que Petro es el mesías y que su palabra lo catapulta a la comandancia de la izquierda latinoamericana y mundial, por encima de Lula .

El otro, los que consideran que mis opiniones son frutos de una desconocida vinculación con ideas inentendibles. Creo que todos tienen derecho a expresar su ira o su frustración así me insulten y desprecien. Y lo digo después de llegar a los 77 años porque desde muy chico, desde cuando me gritaron en el colegio por primera vez ”mariquita”, cuaje una caparazón de tortuga milenaria para resistir el garrote que entre ignorantes, fanáticos y afiebrados me han querido dar por lo que escribo, por lo que pienso o por lo que creo que los colombianos debemos conocer. Entiendo los insultos.

Soporto la metodología del nuevo régimen para defenderse de las críticas, pero no dejaré de seguir pensando en voz alta que la humanidad no se va a salvar porque Petro diga barrabasadas en Egipto pero que nosotros si nos vamos a joder donde lo sigamos permitiendo.