Por: FABIO LARRAHONDO V.

El desastre natural en el municipio de Rosas, que tiene bloqueada extensa zona de Colombia, en especial al sur del Cauca, Nariño y Putumayo, llama la atención sobre el olvido en que los gobiernos nacionales y hasta regionales han mantenido al Puerto de Tumaco, que en emergencias como esta se podría convertir en tabla de salvación para garantizar la llegada y salida de suministros para la región.

Las esperanzas surgieron por aquellos días en que se sonaron las campanas porque este municipio había sido declarado «Distrito especial portuario», pero las ilusiones se diluyeron con rapidez y las aguas volvieron a su normalidad, es decir en el ostracismo.

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En otras condiciones no sería complicado establecer un corredor marítimo humanitario entre Buenaventura y Tumaco para garantizar el envío y el comercio de productos básicos, incluyendo mayor suministro de combustibles. Todo esto sin caer en exageraciones, pues tampoco se puede pedir que llegaran barcos de muy alto calado, pero si flotas costaneras de mayor envergadura que las tradicionales.

A propósito a este panorama hay que agregar la inseguridad que viene ganando espacio en el corredor marítimo del Pacífico para barcos costaneros y lanchas de turismo. Ya se han denunciado bandas de piratas que asaltan a los ocupantes de embarcaciones, incluyendo a la tripulación como sucedió hace pocos días. Como dijo un pasajero afectado «se llevaron hasta las maletas con la ropa sucia», además de celulares, dinero y neveras de icopor con pescado que llevaban a familiares y otros para vender. El asalto se produjo a menos de 20 kilómetros de Buenaventura en una zona donde ya se han cometido otros asaltos.

Y como era de esperarse, los afectados por esta inseguridad han reclamado mayor vigilancia por parte de la Armada Nacional o como dicen ellos, de la Marina… que no solo debe estar para combatir al narcotráfico por estas aguas, sino también para combatir a los piratas del mar en pleno Siglo XXI, que no usan sables ni espadas, sino armas de fuego.

Mientras tanto, se afirma por parte del propio presidente Gustavo Petro, quien estuvo en Rosas, que el paso por la Panamericana solo se podrá restablecer dentro de un mes, a lo que me atrevo a agregar … siempre y cuando las condiciones del clima lo permitan, porque en esa región llueve con frecuencia. Igualmente el mandatario anunció que su gobierno impulsará la construcción de una doble calzada Pasto-Popayán, obra más que necesario, pero que será a muy largo plazo y que cuyo costo, ahora, se calcula en 12 billones de pesos.

Las carreteras alternas, que exigen larguísimos y peligrosos rodeos, han comenzado a ser utilizadas a medias, pues también están bajo el sino del olvido y el abandono. Ya se han presentado accidentes muy lamentables, además no son para el paso de tractocamiones.

Bajo este panorama ha surgido la interconexión aérea como tabla de salvación, utilizando los aeropuertos de Popayán, Pasto, Ipiales y Tumaco, todos de mediana capacidad y de condiciones climáticas muy cambiantes y por eso suelen permanecer varias horas cerrados en el día.

Así las cosas es momento de volver a pensar en el fortalecimiento del puerto de Tumaco, debe estudiarse la posibilidad de convertirlo en una alternativa fuerte para el abastecimiento del sur de Colombia y en posibilidad de la salida de carga para otras regiones del país.
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