Una serpiente pitón birmana albina, una ardilla gris afelpada del Ecuador, un ajolote mexicano en peligro de extinción, un pez dragón asiático, así como anguilas eléctricas, pirañas, hurones, pejelagartos, erizos y otras especies similares han llegado al Hogar de Paso de Fauna Silvestre que tiene la Alcaldía de Cali.
La irresponsabilidad de los traficantes de animales, el desconocimiento de las personas que compran especies foráneas o nativas por su vistosidad o rareza y la dificultad de las autoridades para ejercer estrictos controles en las 22 comunas y 15 corregimientos de Cali, ha ocasionado un desmesurado auge de esta fauna exótica en la ciudad.
Es tal la magnitud del problema, que en la actualidad el Hogar de Paso del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente – Dagma, redobla esfuerzos para atender los ejemplares que reciben por incautación o decomiso, por entrega voluntaria, por rescate, o los que llegan trasladados de otras ciudades o entidades protectoras y conservadoras del medio ambiente.
Ni el compás se salva; aquella ave de siete colores y canto sonoro, endémica de la región del bajo Calima en el Valle del Cauca, que es codiciada por observadores de aves al punto de referirse a ella como ‘el tesoro de los pajareros’ ya que de todos los rincones del planeta llegan ornitólogos y curiosos para verlas en su hábitat.
Lo más preocupante es que el tráfico ilegal de fauna silvestre y exótica viene en crecimiento. En el año 2020 ingresaron al Hogar de Paso 1.753, individuos. Durante el año 2021, 1.834. En el 2022 ingresaron 2.320 y en los 45 días que van corridos del 2023 han llegado 315 ejemplares.
Durante esos años, algunos fueron liberados y/o reubicados, cumpliendo así el Dagma su misión de conservación, restauración y uso sostenible de los recursos naturales y ecosistemas de Santiago de Cali. Es común allí atender halcones, zorros, zarigüeyas, guatines, armadillos, micos, ardillas, carpinteros, guácharos, loras, pericos, guacamayas, murciélagos, iguanas, tortugas, serpientes y similares.
Atención integral: Todas las especies -por ser extraídas de su hábitat- ingresan asustadas, con problemas de comportamiento, estrés, ansiedad, agresividad y depresión. Aquellas que han convivido con personas (improntadas) dependen de estos para su supervivencia, de allí que se dificulte devolverlas a su entorno.
Según el médico veterinario del Hogar de Paso, Nicolás Melo, su atención requiere de personal especializado como etólogos, veterinarios, zootecnistas, dietistas, laboratoristas, entrenadores de vuelo -entre otros- quienes están pendientes de que no se vaya a presentar un problema zoonótico en el que las enfermedades se trasmiten entre animales y de estos al hombre.
Todo, desde el año 2014, se realiza a través del Dagma, entidad que abrió el Hogar de Paso en las instalaciones del Vivero Municipal mediante la Resolución N° 2064 de 2010 con la misión de recibir provisionalmente especímenes de fauna silvestre terrestre y/o acuática aprehendidos, restituidos o decomisados, para su evaluación, atención, valoración, tratamiento y determinación de la opción para su disposición final.
“Entre los problemas de conservación más complejos están el post decomiso, rescate y/o entrega voluntaria. Estos deben adelantarse con el cumplimiento de protocolos y acciones que permitan, después de un proceso, la reincorporación de la fauna silvestre a sus hábitats por parte de las autoridades ambientales”, afirmó el biólogo del Hogar de Paso, Camilo Senior Caicedo.
El Hogar de Paso funciona las 24 horas del día y 365 días al año, a través de los proyectos que el municipio presenta a la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca CVC para la inversión de los recursos provenientes de la sobretasa ambiental, con el apoyo operacional de fundaciones.
El lote cuenta con un área de 5.000 metros cuadrados, en el que 26 profesionales entre veterinarios, zootecnistas, biólogos, microbiólogos, etólogos, dietistas, auxiliares y operarios, atienden:
- Recepción
- Consultorio
- Clínica veterinaria
- Hospitalización
- Quirófano
- Laboratorio
- Sala de neonatos
- Rayos X
- Alcándaras
- Cocina
- Jaulas de cuarentena
- Jaulas pos cuarentena
- Jaula de vuelo
- Bioterio
- Sala de eutanasias
- Sala de necropsias
El buen funcionamiento del Hogar de Paso ha permitido que de manera efectiva y oportuna allí se pueda brindar atención médico veterinaria y realizar intervenciones quirúrgicas, lo mismo que pruebas clínicas y sanitarias para determinar la atención requerida, suministrar de manera adecuada y suficiente la alimentación y/o nutrientes a todos los especímenes llevados y se suministran los medicamentos básicos, según los requerimientos para el tratamiento de cada especie.
Las 41 jaulas con que cuentan han sido acondicionadas a las necesidades de los animales, por lo que algunas cuentan con vegetación en su interior, columpios, hamacas, travesaños y guaridas. La inspección, vigilancia y control del funcionamiento del Hogar de Paso es constante por parte de las autoridades sanitarias y la Personería Distrital de Santiago de Cali.
Según el ente de control, el sitio cumple con las guías establecidas por el Ministerio del Medio Ambiente, como lo son el libro de control, el formato de ingreso, la sección biológica y zootécnica, la historia clínica y los protocolos de disposición final, además de una hoja de conceptos técnicos a los egresos por defunción y necropsia, una herramienta digital (matriz o base de datos), que permite ver en tiempo real la cantidad de animales que ingresan por parte de la Policía Ambiental, la CVC, los Bomberos, particulares -entre otros- al igual que las salidas y el motivo por el cual se realizan los ingresos y egresos.
El Hogar de Paso cuenta con Actas Únicas de Control de Tráfico de Flora y Fauna (Auctff) del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, lo que garantiza que todo animal que ingrese cuente con su respectivo control.
Los esfuerzos que allí se realizan son enormes, por lo que se requiere del concurso de la ciudadanía para que se concientice de no comprar animales que al ser sacados de su ambiente natural llegan a sufrir en jaulas, a denunciar a los traficantes de fauna y a ser solidarios con unos seres que no merecen ser condenados al cautiverio.