Gardeazabal

Por: GUSTAVO ÁLVAREZ GARDEAZÁBAL

Si BALalgo se ha perdido con el paso de los años en el comportamiento del colombiano es la vergüenza. Habíamos construido una sociedad en donde actuar mal, equivocarse o embarrarla inundaba de vergüenza.

Tanto que a muchos se les caía la cara y a otros el rubor en el rostro les delataba su interior. Pero desde cuando hicimos ese revoltijo de la cultura del narcotráfico con la disolución del pecado de los curas a quienes les quitaron la sotana, el púlpito y el confesionario, y la coronamos con la comunicación instantánea del internet y la dictadura del celular, la vergüenza se fue trasladando al cuarto de rebrujo.

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Y no es solamente a los muchachos a quienes un reclamo por alguna actuación les lleva a contestar casi siempre con un lapidario ” sí, lo hice y que ?”.La falta de vergüenza ha contagiado a todos por igual .

En consecuencia el orden en el comportamiento que generaba el respeto o el desprecio para quien cometía el error o el pecado, también desaparecieron. Ahora todo el mundo hace lo que le da la gana y el desorden ciudadano crece a borbotones para dizque construir un nuevo orden.

Las normas implantadas son cuestionadas o sencillamente desobedecidas. Pocos se han puesto en el trabajo de redactar unas nuevas y dejan más bien que el desgaste o la utilidad de la oferta y la demanda o la racionalidad inmersa en la actuación humana, vaya construyendo el nuevo orden ciudadano. Ya nada es feo, ni tampoco bonito.

Ya no hay regímenes estrictos para vestir o para presentarse en sociedad. Basta con tener el celular en la mano y saber usar las cada vez más numerosas aplicaciones para salir del atolladero o escaparse de la responsabilidad u obtener una jugosa ganancia.

Estamos entrando en el futuro con los ojos abiertos pero sin ver nada. Es el seguro que venden los algoritmos o la Inteligencia Artificial para ser incluídos en la Generación del Goce.