Por: Mariela Díaz Romero
El próximo 22 de marzo se cumplen 137 años del natalicio de la poeta venezolana Enriqueta Arvelo Larriva.
La Fundación Bordes, con sede en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela, prepara para esa fecha un homenaje a la poeta, que es considerada una de las voces más auténticas de la poesía venezolana, con plena conciencia de su modernidad, tal como lo refiere David González Lobo en Tintachina.net.
Para este homenaje a la autora del emblemático poema: “Toda la mañana ha hablado el viento/ una lengua extraordinaria./ He ido hoy en el viento./ Estremecí los árboles./ Hice pliegues en el río./ Alboroté la arena./ Entre por las más finas rendijas./ Y soné largamente en los alambres (…)”, asistirán estudiosos, críticos y fervientes admiradores.
Enriqueta Arvelo Larriva, a pesar de ser una poeta con un registro tan original, es quizás una de las figuras menos valoradas en la escena cultural venezolana. Ciertamente existen algunas bibliotecas que llevan su nombre; una que otra plaza en el estado Barinas, donde ella nació (específicamente en un pueblo del piedemonte andino, Barinitas) le recuerda con algún busto y/o dibujo alusivo; alguna muñequita de trapo confeccionada en su honor.
Pero lo que es importante para un escritor, como es la publicación de su obra, y por consiguiente su circulación entre los lectores, en este caso, está bastante limitada.
Mencionar las limitaciones para acceder a la obra poética, impresa y completa, de Enriqueta Arvelo Larriva, por antipático que parezca, no quiere decir que se busque desmeritar su trabajo; mucho menos el que han hechos diversos críticos y especialistas sobre su obra.
En el año 1987, la estudiosa Carmen Mannarino logró la edición y selección de poemas, cuentos, cartas, artículos periodísticos y artículos críticos, en dos volúmenes que fueron editados por la Fundación Cultural Barinas.
También en el año 1976, la editorial Monte Avila Editores publicó una antología de sus poemas a cargo del escritor Alfredo Silva Estrada.
Asimismo, el Centro Nacional del Libro (de Venezuela), dentro de la Colección Bicentenario Carabobo, en el año 2021, reeditó los poemarios “Voz aislada” (1939) y “Poemas perseverantes” (1963), de los que se hizo una selección para un ebook, de descarga gratuita en la página web cenal.gob.ve. Igualmente, una edición con prólogo y selección de Miguel Gomes, fue publicada bajo el título “Caballo de fuego”, en 2012, por la editorial Palimpsesto, de Sevilla, España.
Luego, se han realizado numerosos comentarios y análisis sobre su trabajo, algunos de acceso en la web. Hasta el momento, el libro que aborda su trayectoria vital se titula “Como el hilo sin perlas”, escrito por Alicia Jiménez de Sánchez, en el que contribuí de forma activa en la investigación. Asimismo, poemas sueltos de Enriqueta se consiguen en diversos portales digitales dedicados a la literatura.
Sin embargo, los volúmenes de la Fundación Cultural Barinas y la antología preparada por Monte Avila Editores, son hoy por hoy libros raros, descontinuados, imposibles de conseguir en las librerías e incluso en mercados de segunda mano.
Ciertamente, Alicia Jiménez facilitó la digitalización de los ejemplares de la obra completa, pero se trata de un trabajo hecho de forma casera, que sirve obviamente para leer los poemas. Francamente no le hacen justicia a una poeta cuya producción singular ha sido una de las piedras fundacionales de la poesía moderna en Venezuela.
Los amantes de la poesía de Enriqueta (entre los que me incluyo) no podemos conformarnos con seguir leyendo a esta poeta en hojas sueltas, en fotocopias o en fotografías distribuidas por WhatsApp.
Desde luego, la difusión y la suma de nuevos lectores a la gran producción de Enriqueta Arvelo Larriva se hace difícil y hacerlo ver es –para algunos- antipático, pero quedarse indiferente es, simplemente, un acto digno de la desidia. La misma que no se ha transformado en indignación y menos en motivación, como para haber recuperado la casa natal de la escritora (y de su hermano, el célebre Alfredo Arvelo Larriva).
Esa casa, que visité en 2006 aproximadamente, se encuentra prácticamente en el abandono. Como una ruina más, entre matorrales, barro seco y escombros, en el centro de Barinitas, la casa tiene al frente una placa de metal que anuncia -casi con vergüenza- que allí nacieron los poetas Arvelo Larriva. Una muestra más del escaso (¿o ningún?) aprecio, de la precariedad, del olvido, que envuelve a buena parte del patrimonio cultural, histórico, literario venezolano. Sin duda, todo esto es, cuando menos, antipático.
En medio de todas estas circunstancias, el próximo 22 de marzo, a las 16:00 (h de Venezuela), un grupo de entusiastas recordará a esta mujer, creadora de una obra excepcional en circunstancias que no le fueron propicias.
Enriqueta no merece un segundo aislamiento, con su maravillosa obra poética sin haber sido editada (y difundida como es debido) en libros dignos de su genialidad.