Alguien me preguntó: ¿Cuál es el problema que tiene el gobierno Petro que, es tan errático?

Contesté: No tiene ni idea de administrar; no tiene escuela administrativa a la cual se le pueda adjudicar; es un gobierno que todo lo improvisa.

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Me explico: Petro no es un líder de su administración; no digo que no sea líder. Es un líder político sin idea de administrar. Por ejemplo, no ha hecho hasta ahora ningún acuerdo personal con sus ministros. Hay ministros que nunca han hablado a solas con el presidente.

Me dirán: Es que él delega en sus ministros; delega y los contradice en público. ¿Qué delegación es esa?

Con ejemplos explico tipos de administración de presidentes.

Carlos Lleras, nombraba prohombres de ministros, hablaba mensualmente con ellos; Virgilio Barco decía que él creía que las calles bien barridas eran las que, cada casa limpiaba bien su frente; es decir delegaba en sus ministros. Eso sí, el que la embarraba se iba. Por eso cambió muchos ministros; Uribe era totalmente acaparador de funciones, trabajaba por los ministros, los arreaba, incluso a palo; los hacía quedar mal ante el público; pero, no los cambiaba.

Petro tiene unos ministros más importantes que él y unos muy inferiores en sus condiciones de experiencia y conocimiento de sus carteras. Se volvió una especie de Tarzán que, vive en medio de animales, con la desventaja de que no le obedecen; no se entiende con ellos; amén, de que todos los días les cambia las órdenes, además, no los cambia, cuando la poposean de seguido. Ejemplo: La cándida MinMinas que, deja sus huellas untadas paso tras paso.

La sumatoria de todo esto es el caos que se está viviendo en el gobierno: Puestos sin proveer desde hace 9 meses, decretos represados 3 y 4 meses en el escritorio del presidente, etc.

Sumamos también su desorden de agenda que, se cambia de acuerdo con el ánimo en que se levante y del guayabo (resaca) que lo afecte.

Ñapa: ¿Saben algo de Nicolasito Petro?

Ñapita: El Frankenstein que va a salir de reforma a la salud será una gran frustración colectiva y tendremos que cambiarla en la crisis absurda que, se generará durante su implementación! ¡Ojalá me equivoque!