El Sistema de Vigilancia de Calidad del Aire de Santiago de Cali-SVCASC, realizó un análisis de datos para entender qué está sucediendo en relación con la temperatura en estos días de mayo, particularmente bastante calurosos.
Si bien febrero y mayo han sido los meses con reportes de más altas temperaturas promedio del año, el aumento en la humedad relativa durante los primeros días del presente mes ha hecho que se sienta mucho más calor.
El índice de calor es una medida que refleja la sensación de calor que experimenta el cuerpo humano, al combinarse la temperatura del aire con la humedad relativa.
“Cuando la humedad relativa es alta, se reduce la capacidad del cuerpo para enfriarse a través del sudor. Esto hace que la sensación de calor sea mayor que la temperatura real del aire”, explicó el físico Diego Andrés Arias, analista del SVCASC.
Seguramente en el imaginario colectivo de muchos caleños, se recuerda que las fechas de abril y mayo eran las más lluviosas del año (‘abril, lluvias mil’). Sin embargo y con el paso del tiempo, los efectos por la variabilidad climática han venido obligando a cambiar nuestra percepción y su relación con las condiciones atmosféricas.
Al observar los datos de las estaciones del SVCASC, se observa una tendencia lenta hacia el aumento de los promedios diarios de temperatura, basados en el análisis realizado para los años 2021, 2022 y 2023. Esto permitió identificar que la tendencia de temperatura para los primeros días del mes de mayo, es la más alta de los últimos cuatro años.
Si bien las tendencias nos brindan una información relacionada con el futuro, es necesario continuar analizando y midiendo estos comportamientos día tras día, con el fin de comprender mejor cómo pueden afectar la salud humana y a los ecosistemas. También sirve en la tarea de una mejor gestión de las acciones, planes y programas orientados a la mitigación y adaptación al cambio climático en la ciudad.
Recordemos que en Cali existen modelos de gobernanza y cultura ambiental como la Red Comunitaria de Bosques Urbanos, con más de 25 escenarios bajo su cuidado y supervisión. Estos ecosistemas generan y desarrollan relacionamientos efectivos de calidad entre los miembros de la comunidad de vecinos y usuarios, quienes a su vez incorporan aspectos de su cultura en la configuración del espacio y en el establecimiento de sus coberturas vegetales.
Además del componente social ambiental, no podemos olvidar los beneficios que los bosques urbanos ofrecen en confort térmico durante estos días de calor -proporcionando sombra-, regulación del clima -disminuyendo el efecto denominado islas de calor-, además de mejorar la calidad del aire, ya que capturan contaminantes (CO2), retienen partículas suspendidas y producen oxígeno.
La cobertura vegetal es nuestra primera línea de defensa contra el calor. Contribuye a la belleza y armonía del paisaje, sin olvidar que provee hábitat a la fauna y tiene un impacto positivo en la salud física, mental y emocional de la población.
