Con el Cristo a las espaldas, se dice cuando a uno no le sale nada bien; eso le está pasando al gobierno Petro.
Aparecen los niños del Vichada, noticia que dio alegría a todos los colombianos y, por supuesto, el gobierno quiso usarla para tapar un poco el Benedettigate; increíblemente, esa noticia fue tapada con el «suicidio» del Coronel de la Casa del Presidente.
Que tal lo de malas Gustavo Francisco; con el agravante de que, el día de su automanifestación, para apoyarse él mismo frente a sus seguidores, había anunciado que se iba a suicidar alguien cercano a su gobierno, por el agobio de las investigaciones.
No hay palabra ociosa dirán, con esta sobreviviente tragedia del «suicidio» del alto oficial, de quien sólo queda respetar su valiente decisión de honor, si resulta siendo realmente suicidio.
Desafortunadamente, los antecedentes de la investigación de las chuzadas de las «sirvientas» (sic); las predicciones del suicidio por parte de Petro; la carta del Coronel enviada a la Fiscalía, poniéndose a disposición para aclarar su participación en tan engorroso asunto y, las declaraciones a la prensa, horas antes del trágico suceso, convierten este homicidio en un típico crimen de estado. Igual pasó con la Monita retrechera de Samper, el suicidio del auditor del Fiscal cianuro Martínez y, la caída del helicóptero de Moreno, el exsecretario del gobierno de Uribe.
Nunca pensó Petro que, el uso que hizo de esos trágicos hechos, cuando era oposición, para atacar a sus contrarios, los tendría que padecer él en carne propia; con el agravante de haberse adelantado a decir que era un suicidio, cuando el cuerpo del oficial ni siquiera había llegado a medicina legal.
Para el imaginario colectivo, al oficial lo «suicidaron» y ese va a ser otro caballito de batalla contra el gobierno; día tras día aparecerán nuevas revelaciones de ese hecho y se aumentarán las suspicacias.
Cuando las autoridades den su veredicto sobre si, fue asesinato o suicidio, la gente dudará de esa investigación como nunca creyó en las de Pedro Juan Moreno, frente a Uribe, la del Auditor Pizano del Fiscal cianuro Martínez y, el de la mona de Samper.
El siglo pasado hubo dos crímenes que hicieron también tambalear dos gobiernos; al Dr. Alfonso López Pumarejo, el crimen del boxeador y periodista Mamatoco, antes de que mostrará unas supuestas pruebas sobre el «hijo del ejecutivo», Alfonsito López Michelsen y, el asesinato del Dr. Jaramillo, alto funcionario de la aduana, horas antes de ir a declarar sobre los contrabandos del Hijo del Presidente Laureano Gómez, el doctor Alvaro Gómez Hurtado.
Las malas noticias para el gobierno no se quedan ahí; el anunciado cese bilateral del fuego que, debería ser festejado por la Nación, se opaca con la declaración del vocero guerrillero al afirmar que, seguirán secuestrando y extorsionando, durante este tiempo de mutua tregua. ¿Habrase visto semejante estupidez? Cese bilateral de las balas, pero, la sociedad civil arrinconada.
De verdad yo creo que Petro debe hacerse un exorcismo antes de que se lo lleve el diablo.
Ñapita: «Dejen de consumir gasolina, mientras se las pongo a $18.000 galón»; frase célebre del presidente Petro que, está dando la vuelta al mundo.