El paso ligero de los años hace que nos volvamos más observadores de los hechos cotidianos; el ojo se vuelve más lento, para ver y asimilar lo visto.

El día del padre que debía ser el día de los hijos, porque son ellos los que lo convierten a uno en padres y abuelos, me sirvió para observar la evolución de esa celebración.

En nuestros años infantiles y adolescentes, la celebración del día del padre no existía. Ese negocio se implementó tiempo después. El día del padre era diario: Respeto reverencial, acatamiento a las órdenes de los padres y cuando uno se salía de lo establecido, recibir el merecido castigo; incluso físico.

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Cuando se estableció el día comercial del padre, comenzó el tema de los regalos de pañuelos, medias y pijamas, para festejar a los padres; evolucionando a zapatillas, bermudas y camisetas de Colombia o del equipo del cual es hincha el progenitor.

Lo que quiero reflexionar es si, se es padre simplemente por haber ayudado a engendrar un ser humano o, si se es padre por haber criado, enseñado y ayudado a crecer a una persona.

La sociedad actual tiene más madres que hacen a la vez de padres que hombres que ejercen sus funciones como padres.

¿Se puede llamar padre al que nunca vela por su hijo? ¿Se es padre simplemente por haber puesto en espermatozoide en el óvulo de una mujer?

Vamos hacia un mundo sin hombres padres; las mujeres acuden al banco de semen para tener hijos engendrados in vitro y evitarse la falsa figura paternal; es una impactante realidad que estamos viviendo.

Por otro lado, también estamos viendo unos padres más empoderados de la crianza de los hijos; haciendo funciones de madre; ayudando a las mujeres que trabajan. Crece la profesión de amos de hogar: Cocinan, hacen tareas, ayudan a criar los hijos, mientras la madre trabaja fuera de la casa.

Con toda franqueza confieso, con vergüenza que, mi hijo es mejor padre con mi nieto de lo que yo fui con mis hijos; le cambió pañales, lo baña, lo viste y hace una cantidad de labores que yo no realicé; me hace acomplejar como padre; eso mismo veo en todos los padres de su generación. La igualdad de géneros, sin duda, ha servido mucho para esto.

Ahora, en este momento crucial de la humanidad, donde empieza a decrecer la población puesto que, los jóvenes no quieren tener hijos, para no asumir la dura obligación de ser padres, es el momento de reflexionar seriamente sobre la paternidad y volver a cuestionar si, ¿padre es el que cría, educa y mantiene a los hijos o, simplemente es un donador de esperma?

Tema de filosofía social que pocas veces nos cuestionamos.

Ñapa: Cada vez veo más mujeres diciendo que no quieren recibir nada de la persona con quien engendró hijos; ese repudio es merecido por la irresponsabilidad masculina sobre la paternidad.

También veo más hombres que ejercen una paternidad responsable sobre hijos que no son de ellos; sin duda son los padres verdaderos de esos niños y no quien los procreó.

Ñapita: Cada vez extraño más a mi padre y entiendo más lo que decía.