Con 40 viviendas de interés prioritario en el proyecto habitacional Torres de la Paz, la Administración del alcalde Jorge Iván Ospina le cumple a los beneficiarios del Plan Jarillón de Cali y consolida el reasentamiento más grande de Latinoamérica.
Y es que durante estos cuatro años de gobierno y gracias al nuevo enfoque social del proyecto, se logró un reconocimiento y diálogo participativo con las comunidades, para dejarlos de ver como ‘invasores’ y convertirlos en protagonistas, con derechos, de esta iniciativa de orden nacional liderada por el Fondo Adaptación.
“Vivir en el jarillón es vivir en un lugar que tiene un peligro para la ciudad y la mejor manera de cambiar esto, es de la mano de las personas, no excluyéndolas, contando con ellos”, asegura el alcalde Ospina.
Si bien el Plan Jarillón no es un programa de vivienda, sino de mitigación del riesgo, uno de sus componente clave es el reasentamiento. Esto implica que para salvaguardar la ciudad se debe liberar de todo tipo de ocupación esta barrera de protección de 26,1 kilómetros, que circunda a la capital vallecaucana.
Mitchelee Salazar, entre lágrimas, de la mano de su esposo y mientras carga a su niño aún de brazos, abre la puerta de su nueva vivienda, la recorre abriendo cada una de las ventanas, como para poder tener un golpe de realidad y darse cuenta que lo que mira es de verdad. Está atónita y con una voz entrecortada nos dice: “vivía en una casa de esterilla, en la orilla del río Cauca, en unas condiciones que no le deseo a nadie, pero ahora puedo confiar que mis hijos no tengan la misma vida que yo tuve”.
No ha sido fácil la vida para miles de familias que llegaron, desde diferentes latitudes, a ocupar asentamientos de desarrollo incompleto cerca al jarillón del río Cauca o al sector de Lagunas.
Muchos llegaron desplazados por la violencia, otros buscando oportunidades laborales y algunos bajo la promesa falsa de obtener su vivienda propia, invadiendo terrenos sin medir el riesgo, no solo ambiental sino humano al que se exponían.
Wilson Mina, oriundo de Buenaventura y quien llegó al jarillón desde hace 25 años, menciona: “quisiera que todos los que aún viven en el jarillón puedan tener una suerte como la mía; tener una vivienda es un sueño cumplido”.
3894 familias han recibido viviendas de interés prioritario, en nueve proyectos habitacionales; ocho en Cali y uno en el municipio de Jamundí.
Steven Rozen, gerente del Plan Jarillón menciona: “hay que decirle ‘gracias’ a todas las familias que confiaron en el Plan Jarillón; no era fácil dejar años de vivir en los asentamientos, pero con el equipo social se logró que hoy tengan un futuro diferente”.
A Torres de la Paz llegan personas de Puerto Nuevo, Brisas del Cauca, Navarro, Nueva Florida, La Florida, Playa Alta y Playa Baja, que ahora tendrán cerca el Terminal de Calipso, el Centro Educativo Nuevo Latir, el parque longitudinal 72W, el SENA y el Hospital Carlos Holmes Trujillo. Ya no tendrán que desvelarse pensando en las inundaciones, porque estarán en algo propio, digno y libre de riesgo.