Por: Mariela Díaz Romero
Este año 2023 se cumplen 100 años de la primera visita que el escritor estadounidense hizo a España. ¿Y por qué conmemorar de forma especial una visita, que puede ser normal y corriente como cualquier otra?
Pues esa no sería una visita cualquiera, sino la piedra fundacional de lo que fue el inicio de una relación apasionada que mantuvo el escritor con un país sobre el cual llegó a confesar amaba tanto como a su tierra natal.
Fue el periodismo el que llevó a Ernest Hemingway a descubrir la península ibérica. En 1923, su primera parada fue Vigo, luego cruzó los Pirineos para llegar a Pamplona, la capital de Navarra. Allí como corresponsal del Toronto Star hizo un reportaje sobre los sanfermines. Sería esta festividad local, conocida en toda España por su peligrosidad, riesgo y diversión suicida, la que lo motivó a visitar el país en diversas oportunidades.
Y es que los sanfermines son una fiesta de color local con sabor universal, que se celebran en esa región española desde el 6 hasta el día 15 de julio.
Asimismo, las corridas de toros y su cultura taurina, el ambiente en los bares y la desbordante naturaleza del país ibérico, fueron algunos de los elementos que sedujeron a Hemingway. Justamente fue el mundo taurino lo que inspiró años más tarde su novela Fiesta.
Pero la huella que dejó el autor de Adiós a las armas en España es amplia y quizás inabarcable, porque está hecha no solo de sus pisadas y pesquisas como corresponsal en plena guerra civil española sino también por el afecto apasionado que le despertó esta tierra de verdes colinas, mares azules y tantas lenguas como corazones que laten dentro de la antigua Hispania.
Es así como se han empeñado en recrear su espíritu con una conmemoración especial, una que ha organizado la asociación cultural Soy de la Cuesta junto con el Barrio de Las Letras, con el patrocinio del Ayuntamiento de Madrid. De esta forma se busca trazar una ruta por aquellos lugares madrileños que frecuentó el escritor y periodista estadounidense, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1954.
Madrid, sin duda, estuvo en esa lista de ciudades que Hemingway conoció en 1923, y a las que volvió varias veces hasta su muerte en 1961.
Por cierto, el Museo del Prado también fue uno de sus sitios predilectos, ya que se dice que el escritor rechazaba que dijeran que solo venía a España por los toros y el vino. También amaba el arte. Así es que la ruta de Hemingway incluye un recorrido por el edificio de Telefónica, desde donde enviaba sus crónicas y reportajes de guerra; el Museo Chicote, en Gran Vía; la Cervecería Alemana; y el Hostal Aguilar. Estos son algunos de esos lugares que se visitarán para recordar la estela que dejó el escritor.
Una de esas rutas incluye a la sierra de Guadarrama, en la Comunidad de Madrid, los días 10 y 17 de septiembre, y se titulará no por casualidad: ¿Por quién doblan las campanas? Los escenarios naturales de esta novela, ambientada en la sierra madrileña durante la guerra civil, será el hilo conductor de una caminata por la sierra madrileña.
En noviembre se llevarán a cabo una ruta gastronómica, una charla sobre el estilo literario del escritor y una room experiencia en la habitación 7 del Hostal Aguilar, en la que recaló el americano. Es así como Madrid espera rememorar y agradecer a un escritor que se dejó fascinar por un país, al que retrató con acierto y empatía en cada una de sus páginas.