Una capacitación del talento humano de las ocho Unidades de Transformación Social (UTS), de atención directa, se realizó con el objetivo de avanzar y apoyar la identificación de los trastornos de neurodesarrollo a edades tempranas.

“De esta manera, se evitan los diagnósticos tardíos y los terapeutas pueden actuar a tiempo aprovechando la plasticidad cerebral de los primeros cinco años de vida”, explicó Blanca Londoño, neuropsicóloga infantil de la Secretaría Distrital de Salud de Cali, quien dirigió la capacitación.

La neuropsicóloga señaló que el propósito es que el talento humano conozca los signos de alarma para lograr detectar trastornos de neurodesarrollo, en esta etapa de la infancia. “El objetivo es que puedan identificar a edades tempranas los signos de alarma; niños que tienen dificultad en su neurodesarrollo, que tienen dificultad en su lenguaje, en la interacción social, en la comunicación y en la parte motriz”, indicó.

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Londoño también explicó los signos de alarma para la identificación del autismo: “Dificultad para comunicarse. El niño que no presenta sonrisa social, que tiene una conducta impulsiva, se está moviendo todo el tiempo, poca flexibilidad cognitiva, es decir que se le dificulta cambiar de actividad o rutina”, indicó, y agregó otros signos: la atención dispersa o periodos de atención cortos, balanceo u otro tipo de estereotipias que son movimientos motores.

Las agentes educativas consideran importante esta capacitación considerando que son ellas quienes están a diario con los niños acompañando sus procesos. “Lo puedo decir, porque en este momento estamos en un proceso de trabajo con uno de nuestros niños, y nos ayuda con herramientas para saber enfrentar, para tener empatía y poder llevar este proceso, este desarrollo y este crecimiento integral en los niños y niñas”, destacó Cecilia Villamil, agente educativa de la UTS La Estrella.

Para Claudia García, coordinadora de la UTS Cuna de Campeones, a través de la información recibida las agentes educativas obtienen herramientas para observar y detectar comportamientos que les llaman la atención en los participantes. “A veces no tenemos respuesta desde lo pedagógico, sino que necesitamos de otros conocimientos para abordar este tipo de comportamientos y, sobre todo, el poder orientar a las familias ante estos casos de niños que requieran otro tipo de atención”, concluyó la psicóloga.

Las profesionales en salud recomendaron que, en caso de recibirse un diagnóstico, se debe trabajar en equipo con las familias, la comunidad educativa y el profesional que se encargará del proceso terapéutico.