Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal
Hoy 20 de julio, día de la independencia patria ,nos enteramos para gozo de muchos y preocupación de otros que el dólar, que llegó a estar arriba de los $5.000 cotizó ayer a menos de los $ 4.000.
Según eso nos valdrán menos muchas cosas, empezando por la comida importada, que es casi toda. Por supuesto, ese bajonazo no es por ninguna medida gubernamental ni ninguna reacción sicológica de masas porque el gobierno Petro esté tambaleante.
El dólar bajó porque su precio mundial se derrumbó ante el exceso de emisión de billetes verdes por la Reserva Federal gringa.
Hoy, 20 de julio, también nos enteramos que el costo de los peajes subirá de nuevo el lunes porque la mentira populista que los dejó congelados por un decreto, resultó otro error contable. Pagaremos.
Ayer también supimos que el puente de Barragán, sobre el Rio Verde, en la carretera que comunica a Sevilla con Armenia, que se había visto interrumpido desde hace casi 18 meses y que agravó de manera impresionante para toda región por la caída del puente de El Alambrado, fue puesto ayer de nuevo en funcionamiento.
Ojalá que eso sirva para quitar de encima la maldición de los puentes que parece haber caído sobre los tres últimos gobernadores del Valle que no pudieron terminar el puente de Juanchito, iniciado con el pie izquierdo hace casi 9 años.
Y la que nos hace sentir muy colombianos: estamos sospechando que el gobierno Petro quiere quebrar las EPS, negándoles la consignación mensual obligada, para generar el caos en clínicas y hospitales y así verse dizque forzado a decretar la emergencia económica y social y con ella instaurar a la brava la fracasada reforma a la salud que agoniza en los salones del Congreso. Somos un conjunto de amenazas o esperanzas , aciertos o equivocaciones.
Nos enverracamos o nos aguantamos pero seguimos siendo Colombia, a las buenas o a las malas, encontrando siempre como quedar acomodados cada 20 de julio