Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal
Mucho se les dijo desde estas crónicas a los cafeteros sobre la garrafal equivocación de escoger gerente de la Federación al señor Bahamón.
No valieron ni los argumentos legales que se saltaron, ni el abrirle los ojos sobre el error político que cometían. Lo eligieron y ahora comen de su cocinado. El sábado pasado, en su respetadísima columna de El Tiempo, el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, pone el grito en el cielo.
Le parece peligrosísimo que el Comité Nacional de Cafeteros, donde tienen asiento por ley los ministros de Hacienda y Agricultura no haya podido sesionar porque los dos miembros del gabinete de Petro prefirieron no ir.
Pero esa misma tarde del sábado el otro columnista vertical, Aurelio Suráez al recalcar la crisis cafetera que se viene encima ( el precio de la libra de café en Nueva York bajó de 2.25 a 1.55) nos cuenta de la chambonería y desconocimiento que tiene el señor Bahamón que entre muchas barrabasadas no ha sido capaz de cortar la hemorragia de la importación de café de Vietnam y Honduras,Perú y Ecuador,que usado para el mercado nacional y mezclado con el exportado le bajan la calidad al grano y por ende al sobreprecio de 50 a 15 centavos de dolar.
Y, además, que se le ocurrió la genial idea de bajar la línea roja de la pasilla de 94 kilos a 88,obligando al cafetero a no venderle a las cooperativas adscritas a la Federación, sino a los exportadores particulares que pagarán mejor que ellas.
Ahora solo falta que la Contraloría General, en manos de un encargado ,falle finalmente como detrimento patrimonial la investigación sobre la milmillonada que les hizo perder el anterior gerente con su equivocación de las ventas a futuro, porque evidentemente Bahamón ni tiene nexos ni tiene verbo ni sabe como manejar una investigación de esa naturaleza.
En otras palabras, la crisis cafetera se vino encima y cogió a los cafeteros con los calzones abajo, al gobierno desentendido y al país sin darse cuenta de lo que volverán a vivir en el campo.