Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal
La tempestad política que está soportando hoy el país y los negros nubarrones que se avecinan sobre la institución presidencial se originaron en los celos, esos malditos celos de que habla algún bolero romanticón.
Fueron en efecto los celos de distinto tipo, pero engrandecidos y agresivos y dañinos como todos los celos, lo que tiene al país y a sus instituciones políticas viendo acercarse un huracán.
El lio que soporta el hijo de Petro ante la justicia, como a Benedetti amenazando con contar de donde llegaron los 15 mil millones para la campaña de la Costa se iniciaron por los celos, esos malditos celos de la canción.
Los celos de Day por la presencia de la Ojeda en el corazón de Nicolás Petro causaron el mismo daño que los celos en Benedetti porque Petro volvió a Laura su mano derecha y a él lo dejaron mamando con el ministerio.
Y no es porque esté mezclando, en medio de la barahúnda, harinas de dos costales diferentes .La plata para la campaña en la Costa Atlántica es la misma.La que recogió el hijo de Petro para su bolsillo y la que Benedetti sabe de dónde vino o, como dijo en estado de ira e intenso dolor causados por sus celos, que él había ayudado a conseguir.
Lo que sigue, ya lo vivimos cuando Samper y, como entonces, el gobierno se va a paralizar y las opciones del inmediato futuro pueden precipitar el caos.
Como la campaña a la presidencia en las dos vueltas cobijaba todos los esfuerzos tanto para Petro como para Francia, su compañera de fórmula vicepresidencial ,el juicio político del que está hablando hace rato Carlos Alonso Lucio y que ya inició el representante Christian Garcés ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara, ha tomado su curso para Petro y Francia.
Hasta dónde llegue, lo dirán ellos dos si con sentido patriótico entienden la magnitud del gusano que les sube pierna arriba y para no generar el desorden nacional se retiran.