Por: Juan Sebastian Chaves Gil

Hace unos días había publicado en mis redes sociales un estado en donde sonaba una canción que me había dedicado una exnovia, un recuerdo que se convirtió en añoranza de época, cité en ese mismo instante la frase “los hombres se enamoran, pero también se les conquista” no tardó mucho en contestar una amiga mía, a la cual le tengo mucho aprecio donde iniciamos la conversación sobre el tema y como es muy normal en mí, debatimos, dicho asunto nos mostró muchas realidades, pero también enseñanzas.

Para nadie es un secreto que mi punto de vista sobre la atracción, los sentimientos juegan un papel muy impórtate, yo viví y fui criado entre mujeres, dicha educación me permitió aprender de la perspectiva femenina, pero también aceptar su rol importante en la sociedad asimismo su vulnerabilidad, sin pena jugué con muñecas, tomé el papel de padre en ese juego de familia, un kit pequeño de cocina que tenía mi prima, como muchos roles más, sin embargo ese pasatiempo en su momento se convertía en ratos de amargura, pues no faltaba la frase de familia ese juego es de niñas”, a mí me daba igual, mi padre es mi ejemplo, cocina, organiza y realizaba los quehaceres del hogar, no hay estatus.

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El sexo fuerte, la masculinidad:

Hablar de la masculinidad fue el tema del debate, desde mi punto de vista no me considero un sexo fuerte, más bien poseo habilidades que puedo contribuir en una relación o en la sociedad, sin embargo, algunos familiares marcaban esa ideología en mi como un sello que se debe «aplicar y demostrar» como “los hombres no lloran, si lloras eres niña” de mi parte me daba igual, en mi familia me conocen como amimon (lagrimón) pues lloraba, aún lo sigo haciendo.

Sin embargo, era común ver y escuchar esa expresión en los niños del colegio, tanto, que se volvió una “ley de hombría» en el grupo, el que lo hacía era «marica» o así lo querían demostrar, a mí me daba igual, aunque mis buenas peleas las forme en el colegio por culpa de esa «ideología».

Imágenes falsas que cargaban, como el hecho de colocarse una prenda o camisa rosada era representación de feminidad, el color azul es de hombres y el rosa es de mujeres, llevar la contraria te hacia débil.

Una de las frases que se quedó en mi mente y que lo expresó mi madre, pero que también lo cito mi hermana fue «las mujeres somos culpables del machismo actual, creer que el hombre es fuerte por naturaleza y no puede mostrar su debilidad al público, debe llorar a escondidas y guardar silencio, él debe ser fuerte» en ese momento comprendí que para romper el paradigma se debe dejar claro que el hombre también siente, se entristece, pero también se enamora.

Amor + comprensión = igualdad

Siempre he dejado claro al inicio de toda relación amorosa que los acuerdos son fundamentales para que la relación prospere, tratos simples que van ligados con el respeto, pero también la naturalidad del ser, amar es sentir, aceptar la esencia que nos identifica y nos distingue unos de otros sin ser juzgados o criticados, las novias que he tenido, les he dejado claro ese punto.

Lo fundamental es que los acuerdos sean mutuos, igualdad, eso aplica también que me enamoren.

Se ha representado por muchos años el rol importante que tiene el hombre en cuanto ligar se trata, debe ser él, aquel príncipe azul que llega a rescatar o flechar a la princesa, pues para la mayoría de cuentos e incluso libros míticos de poesía la hombría y la masculinidad es el autor de dicho escenario, ¿y si cambiamos el libreto? Que sea la mujer que enamoré, obviamente sin que se deje de aportar el granito de arena por la relación, es lo que mayormente hacía con mis noviazgos, ellas, me llegaban con música, carros colección, peluches y hasta cartas con indirectas que comúnmente no las entendía, todo se disfrutaba, era completamente bonito.

Es necesario romper con los estereotipos de género y permitir que las mujeres también puedan tomar la iniciativa en el amor. El amor y la comprensión son temas fundamentales en cualquier relación, independientemente del género de las personas involucradas, es importante que haya igualdad en los acuerdos y compromisos que se establecen. Además, es necesario que tanto hombres como mujeres se sientan libres de expresar su afecto de la manera que deseen, sin limitarse a roles preestablecidos.

El debate se concluyó con este tema amor = igualdad, puede que hoy en día enamorar a los hombres se vuelva un tabú, aún se mantiene esa falsa imagen, pero para cambiar esa perspectiva hay que dar la iniciativa y que no solo los hombres sean siempre el actor principal de la novela.

En definitiva, el amor y la igualdad van de la mano y es necesario trabajar juntos para construir relaciones basadas en la comprensión mutua y el respeto.

Instagram: @juansebaskap