Por: Gustavo Alvarez Gardeazabal
El exministro de Salud y Educación Alejandro Gaviria debe ser un excelente profesor universitario. No en vano fue rector de la Universidad de los Andes. Escribe con soltura, tiene lenguaje nutrido y variado, esboza ordenadamente las ideas y posee la memoria para citar una y otra vez los libros que ha leído, a veces hasta hacerse repelente.
Este último libro que ha publicado “La explosión controlada” demuestra esas cualidades pero también deja traslucir que su fracaso como candidato presidencial se debió, seguramente, a que cree que la política colombiana se puede entender desde la ilusa perspectiva del poeta y el ingeniero o a través de la lente anticuada de Tocqueville.
Por supuesto en este libro no toca el tema de su derrota sino de refilón porque está dedicado a hacer una inteligentísima descripción del personaje Gustavo Petro,nuestro presidente.
Basado en las observaciones que fue dejando escritas en una cuadernito de ese que usan los profesores de periodismo de Columbia University mientras fue ministro de Educación e indudablemente respaldado por su fina y a veces sardónica capacidad de observación, construye una serie de definiciones del personaje que no solo nos ayuda a entenderlo a quienes somos comentaristas diarios, sino que debería servir para que los despistados críticos de la derecha colombiana aprendan a detectar las debilidades humanas, políticas y sobre todo ideológicas de Petro.
Hay algunas frases rotundas como aquella de que las posiciones del presidente no obedecen a un análisis empírico, a una ponderación de los costos y beneficios, sino a una aversión ideológica, lo que coincide con un repetido criterio de otro exministro Mauricio Cárdenas, de que Petro es un esclavo de su ideología.
Hay otras frases abofeteadoras por lo ciertas como aquella cuando define que Petro está imposibilitado de aceptar la idea contraria para discutirla.
No se trata empero de un libro crítico sino de un texto inteligente, en donde se refleja el error de haberle aceptado ser ministro sin conocer ni los métodos ni los temperamentos volubles ni su rígida estructura de actuaciones teatrales copiadas de viejos libretos oratorios.
Un libro, por donde se lo mire, capacitado para hacer pensar a quien lo lea en la bollada en que estamos metidos los colombianos con este presidente.